Danza Folclórica: (Con voz profunda y resonante, como si hablara con el eco de los ancestros)

La danza que traigo conmigo es la que ha recorrido los caminos de nuestras tierras, la que se transmite en cada rincón de nuestra región. Mis movimientos tienen siglos de historia, están llenos de historias, de tradiciones. El Bunde, la Cumbia y el Sanjuanero, entre otros son testigos de los momentos que hemos vivido. Pero hoy, aquí, en este taller, veo algo diferente. Veo cuerpos que no encajan en las formas que conozco, pero también siento una vibración que me habla de un futuro compartido. Dime, ¿qué nos traes tú, Danza Contemporánea?

 

Danza Contemporánea: (Con un tono suave pero firme, casi como si estuviera explorando nuevas posibilidades con cada palabra)

Lo que traigo es una búsqueda, una deconstrucción de las formas tradicionales. Me he liberado de las reglas fijas y me he abierto a la libertad del cuerpo, a la exploración sin fronteras. Mi danza no busca contar historias de una sola forma, sino que invita a todos a encontrar su propio lenguaje, sus propios tiempos. En este taller, me he encontrado con tu tradición, con la riqueza profunda de tus movimientos, y lo que veo es que nuestras diferencias son un puente, no una barrera. La inclusión y la diversidad son la clave para expandir la danza más allá de lo que conocemos.

 

Danza Folclórica: (Con una leve sonrisa que resuena en su voz)

Sí, lo percibo. La tradición no es un fósil, como dijo el maestro Yenner. La tradición está viva, siempre se mueve, porque somos nosotros quienes la cargamos, quienes la reinventamos en cada movimiento. Pero, ¿Cómo encajan los cuerpos diversos en las formas que yo traigo? ¿Cómo hacer que mi danza sea accesible a todos y todas, no solo a los que pueden seguir mi ritmo con facilidad?

 

Danza Contemporánea: (Con empatía, mientras reflexiona sobre las palabras de la Danza Folclórica)

Ahí es donde encontramos nuestra conexión. Los cuerpos son diversos, pero eso no significa que estén limitados. En la danza contemporánea, aprendemos a escuchar y a leer esos cuerpos, a entender qué movimientos nacen de ellos, cuáles son sus necesidades, y al mismo tiempo esos cuerpos aprenden a escucharse a sí mismos. Y cuando integramos tus tradiciones debemos encontrar cómo tus movimientos pueden ser habitados por todos, desde el más ágil hasta el que se mueve con un bastón o con una silla de ruedas. Podemos crear juntos, con los motores de movimiento que nacen de las historias y de la tierra, como en tu Bunde o en los cantos de arrullo del Pacífico.

 

Danza Folclórica: (Pensativo, tocando el suelo como si quisiera sentir la energía de la tierra bajo sus pies)

Entiendo. Es como cuando incorporamos los cantos de trabajo en la danza, no como una mera repetición, sino como una invocación, como una herramienta para generar movimiento, para crear comunidad. Y veo que lo que propones, esta unión de movimientos que no excluye, que se adapta, también puede ser una forma de honrar, pero desde otro lenguaje, ¿verdad?

 

Danza Contemporánea: (Con un gesto afirmativo y un tono que mezcla la admiración y la certeza)

Exactamente. La danza, en su esencia, es una forma de expresión. En mi mundo contemporáneo, cada cuerpo cuenta su historia, cada movimiento tiene un mensaje. Así, no se trata solo de la forma, sino de la conexión que generamos entre los que estamos en el espacio. Cuando trabajamos con personas con discapacidad, entendemos que no todos los cuerpos se mueven de la misma manera. Sin embargo, todos tienen algo que aportar. Lo importante es el proceso, el estar presentes, el ser conscientes de las posibilidades infinitas que existen para expresarnos, para conectar. Cuando se fusionan nuestras disciplinas, lo que se crea no es solo una danza, sino una experiencia compartida que trasciende la forma.

 

Danza Folclórica: (Asintiendo, como si estuviera recibiendo una revelación)

Lo veo ahora. La danza no debe ser un ejercicio de perfección, sino de inclusión y creación. Si bien mis pasos y mis historias tienen una estructura, la esencia de lo que compartimos está en cómo nos relacionamos, en cómo somos capaces de escuchar y adaptarnos a la singularidad de cada cuerpo, sin perder de vista el corazón de lo que somos. ¿Eso es lo que me estás mostrando?

 

Danza Contemporánea: (Sonriendo, como si todo cobrara sentido)

Sí, y mucho más. Estamos en un momento de creación conjunta. La danza folclórica tiene algo de ancestral, algo que nos conecta con nuestras raíces. Yo, la Danza Contemporánea, traigo la posibilidad de explorar sin límites, de reimaginar, de expandir. Cuando nos encontramos, los dos mundos se enriquecen. Y sobre todo, cuando el foco está en la inclusión, no hay movimientos erróneos, no hay cuerpos que queden fuera. Solo hay un espacio donde todos somos bienvenidos.

 

Danza Folclórica: (Con voz firme y emocionada)

Entonces, juntos podemos crear un nuevo camino, donde mis danzas y tus exploraciones no compiten, sino que se funden, se transforman. Y el espacio es para todos. Para todos los cuerpos, para todas las historias. Este taller es solo el inicio de algo mucho más grande. La tradición sigue viva, porque seguimos danzando, seguimos soñando.

 

Danza Contemporánea: (Con voz serena, mirando al horizonte, como viendo el futuro de la danza)

Y la danza será lo que cada uno de nosotros decida que sea. No hay un solo camino, hay tantos como cuerpos dispuestos a danzar. Y cada historia, cada movimiento, tiene su lugar.

Diálogo entre Danza Folclórica y Danza Contemporánea


Escena: El encuentro tiene lugar en un espacio abierto y natural, rodeado de montañas y vegetación, con sonidos suaves de la región Pacífica de fondo. La Danza Folclórica y la Danza Contemporánea se encuentran para tener la siguiente conversación:

El Encuentro

  • Aspectos concretos  dónde quiénes etc. - TEXTO QUE COMPILA LA INFO DE LOS TALLERES acompañado de las dos fotos grupales - LAISVIE 

 

Diálogos entre la danza tradicional y la contemporánea 

  • Tema: Inclusión en la danza contemporánea e inclusión en la danza tradicional. Estrategias para la accesibilidad buscando los principios y no quedarse en la forma.  
  • TEXTO DE DE AMBAS EXPERIENCIAS motores de movimiento desde parte Ir al origen de la danza. (Falta unirlos en una cuartilla) CREAR UN DIALOGO ENTRE LOS DOS PERSONAJES - DAVID
  • Video de las cantadoras. Videos que ejemplifican cómo abordar la danza tradicional en un contexto inclusivo - Lo sube a la carpeta David
  • Video de Bailando tu Nombre - Lo sube a la carpeta David Laisvie revisa si hay que hacer alguna edición 

 

 

Trazos de Cuerpos Enraizados

  • Texto de Popayán sobre el contexto - Trazos de vida - David lo hizo y Laisvie revisa. 
  • Cartografías como apoyo visual. 
 
Reflexiones sobre la discapacidad
  • Selección de mapas conceptuales - Laura escogen lo que van con el texto- Diana recopila para crear uno general. 
  • Texto de las bitácoras - Laura lo revisa y compila 
 
Glosario para la Accesibilidad 
  • Diana hace un texto breve explicando de dónde salen. 
  • Selección de 10 conceptos de los participantes (en texto, en señas y en voz) - Laisvie revisa y añade 
 
Manifestando el Futuro Accesible (Laisvie) 
  • Texto introductorio con la rosa, manifiesto, carta a un niño 
  • 2 cartas de Popayán, 3 manifestos, 2 rosas, ejercicios que los participantes crearon  
  • Reflexiones sobre los ejercicios 

Variabilidad en la aproximación a la discapacidad


La forma en que se percibe la discapacidad varía significativamente según la geografía, la cosmovisión y las perspectivas culturales. Esta diversidad fue clave en el análisis de los participantes, quienes aprovecharon sus distintos lugares de procedencia para evidenciar cómo el entorno influye en la comprensión de la discapacidad. Por ejemplo, habitar ciudades como Popayán, Neiva o Bogotá conlleva retos y oportunidades distintos a los de vivir en zonas rurales.

 

Esto refleja que la discapacidad no es una falta inherente de habilidad, sino una construcción social que se manifiesta en relaciones que pueden limitar o posibilitar la participación de las personas. Por tanto, se enfatizó la necesidad de construir contextos que faciliten la autonomía y brinden los apoyos de accesibilidad necesarios. Este enfoque también subraya que, con frecuencia, la responsabilidad de la inclusión recae injustamente en la persona con discapacidad, en lugar de asumirse como un compromiso colectivo.

Realidades regionales y desafíos estructurales

 

En los departamentos de Cauca y Huila, donde se llevaron a cabo los talleres, junto con relatos provenientes de ciudades como Pereira, Ibagué y Barranquilla, se identificó una constante de exclusión, marginalidad e infantilización hacia las personas con discapacidad. Esto se traduce en la falta de oportunidades educativas, acceso a información, barreras físicas y la re-victimización por parte de sus propios familiares, entre otros problemas, todo ello agravado por la vulnerabilidad social y económica.


En Rivera, Huila, los participantes expresaron una preocupación aguda por la falta de compromiso estatal en garantizar los derechos de las personas con discapacidad. Se mencionaron dos problemas específicos:


1. La carencia de herramientas para que los docentes puedan garantizar la participación de estudiantes con discapacidad, generando un dilema donde se exige inclusión sin proporcionar formación ni apoyo adecuados.


2. La contradicción de líderes políticos que utilizan a las personas con discapacidad en campañas publicitarias pero no implementan acciones concretas que mejoren sus condiciones de vida.


En el Cauca, el contexto de conflicto armado agrega una capa de desventaja. Participantes reconocieron que muchas personas sordas o con discapacidad cognitiva han sido víctimas de reclutamiento por grupos armados ilegales o de “falsos positivos” por parte del Ejército Nacional. Esto ilustra cómo las condiciones generalizadas de marginalización se ven exacerbadas por circunstancias territoriales específicas.

TRAZOS

Memoria Social de los Talleres Danza y Diversidad: Recursos y Métodos para Formadores de Personas con Discapacidad  2024

Los talleres Danza y Diversidad, Recursos y Métodos para Formadores de Personas con Discapacidad se llevaron a cabo en dos localidades del país: Popayán, Cauca y Rivera, Huila, en los meses de octubre y noviembre 2024. Ambos encuentros reunieron a un grupo diverso de maestros y maestras interesadas en prácticas pedagógicas inclusivas, especialmente docentes con experiencia en el trabajo con personas en condición de discapacidad. El propósito de los talleres fue proporcionar reflexiones y explorar metodologías para trabajar con cuerpos diversos en la danza contemporánea y tradicional, enriqueciendo las prácticas pedagógicas propias de cada territorio.


Equipo:
Esta es una iniciativa del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes de Colombia, con el apoyo administrativo de la Fundación Hijos de la Sierra Flor. La Corporación ConCuerpos fue la encargada de liderar el proceso tanto a nivel organizativo como de contenidos, contando con el aporte de Ceartes Estímulo.


Coordinación general: Laisvie Andrea Ochoa
Talleristas principales: Diana León (ConCuerpos) y Yenner Solón (de Ceartes Estímulo)
Talleristas asistentes: Laura Toro y David Bernal (ConCuerpos)
Asistencia: Verónica Toro, Inés Tunubalá y Gina Rocha.


Taller en Popayán: Un Encuentro de Diversidad y Reflexión
El taller en Popayán se desarrolló del 24 al 27 de octubre 2024 y contó con la participación de un grupo heterogéneo de 26 personas, con un interés por las prácticas pedagógicas inclusivas. Se trató de un grupo de profesores de danzas que tienen o han tenido experiencia trabajando con personas en condición de discapacidad y quienes encontraron en este taller una manera de abordar la accesibilidad y la inclusión, no solo como asunto reflexivo, sino como una potencia para engrandecer sus metodologías y concepciones sobre la danza. Los participantes provenían de diversos territorios del Cauca, como La Plata, Corinto, Sotará, Totoro, Las Rosas y Guachené, con edades comprendidas entre los 16 y los 57 años. Entre ellos, había personas pertenecientes a comunidades indígenas y afrodescendientes.


El grupo contó con la participación de tres personas usuarias de silla de ruedas y una persona que utiliza un bastón para desplazarse. También participaron cuatro estudiantes sordas del colegio "La Palma" de Popayán, con edades entre los 16 y los 18 años. Aunque no son docentes de danza sino participantes de una agrupación local, su presencia fue muy valiosa, ya que permitió hacer evidente ciertas posibilidades de la danza inclusiva y enriquecer las discusiones sobre las diversas formas de comunicación. Así, se contó con el servicio de interpretación de Lengua de Señas y se realizaron ejercicios que combinan esta hermosa lengua con la danza.


A lo largo de cuatro días los y las participantes tuvieron la oportunidad de explorar de manera práctica y reflexiva, lo que implica hacer danza contemporánea y tradicional con diversas corporalidades y habilidades, guiados por preguntas concretas que ellos mismos aportaron al taller. La propuesta fue que no solo experimentaran las metodologías de ConCuerpos y Ceartes Estímulos, sino que también desarrollaran sus propias propuestas, integrando las herramientas y los ejercicios que consideraban más accesibles. Las jornadas se estructuraron en tono a los siguientes conceptos fuerza:


• El reconocimiento personal y del grupo
• Las diversas voces del encuentro
• Investigación sobre la esencia de las prácticas de danza
• Planeación colaborativa de una clase de danza accesible


Se logró crear un espacio seguro y de confianza para probar, investigar y cuestionar. Los y las participantes crearon conexiones significativas y desarrollaron empatía corporal. Asimismo, la metodología ofreció la oportunidad de reconocerse a través de las propias cualidades corporales y valorar esta diversidad en vez de buscar una homogenización en los pasos.


Posterior a las las sesiones presenciales, se realizó una sesión virtual en la que los y las participantes compartieron sus experiencias y descubrimientos al implementar las metodologías aprendidas en sus grupos y territorios.


Clara Inés, docente de apoyo local, destacó cómo el taller despertó la sensibilidad de los participantes, especialmente en un ejercicio centrado en la exploración de la columna vertebral. Para Inés, este ejercicio fue particularmente significativo, ya que le permitió confrontar su propio miedo y dolor, y a través de la aceptación y la confianza, lograr una conexión profunda con ella misma y con los demás.


Por su parte, César Pérez Ulluné destacó cómo este ejercicio le proporcionó herramientas para adentrarse en su propio cuerpo y explorar espacios internos con la ayuda de los otros, lo cual no habría podido hacer por sí mismo.


Taller en Rivera: Un Encuentro Transformador en el Corazón del Huila


En Rivera, Huila, se llevó a cabo el segundo del 31 de octubre al 3 de noviembre 2024. En esta ocasión, se reunió a un grupo diverso de 14 docentes provenientes de diferentes regiones del país. La mayoría de los participantes eran del departamento del Huila, con representantes de municipios como Neiva, Rivera, Palermo, Santa María y Pitalito. También asistieron docentes de otras regiones como Atlántico (Barranquilla), Risaralda (Pereira y Santa Rosa de Cabal), y Tolima (Ibagué).


El taller se desarrolló en un espacio natural y acogedor, que sirvió tanto como paisaje como escenario para algunas de las actividades planteadas. Habitar el espacio y compartir momentos de descanso permitió a los participantes establecer vínculos profundos y cercanos, lo que favoreció un ambiente de confianza y colaboración. En este entorno, los docentes exploraron en profundidad tanto la danza contemporánea como el folclore, reflexionando sobre la discapacidad y las prácticas pedagógicas inclusivas.


A través de actividades prácticas, diálogos y espacios de reflexión, los participantes adquirieron herramientas clave para crear experiencias de aprendizaje más significativas y accesibles para sus estudiantes. Uno de los aspectos más destacados de este taller fue la conferencia de un representante de la comunidad sorda del Huila, quien ofreció una introducción valiosa a la Lengua de Señas Colombiana. Esta intervención enriqueció la comprensión de los participantes sobre la diversidad y la inclusión, y fortaleció el compromiso con la integración de todas las comunidades en las prácticas pedagógicas.


Además de las jornadas presenciales, se realizó una sesión virtual para reforzar los conocimientos adquiridos y fomentar una reflexión individual sobre las metodologías vistas. En estas sesiones se exploraron recursos audiovisuales, se profundizó en el acercamiento a la Lengua de Señas Colombiana y se compartieron experiencias sobre la implementación de las herramientas aprendidas en los contextos de los y las participantes.

Reflexiones sobre discapacidad y arte


Además de proponer exploraciones de movimiento, los talleres incluyeron espacios de reflexión fundamentales sobre la discapacidad y su lugar en el arte. A través de preguntas como: ¿En tu región, cómo es percibida una persona con discapacidad?, ¿Dónde ocurre la discapacidad, en la persona o en las estructuras sociales?; y otras que relacionan arte y pedagogía, como: ¿Para qué se hace danza inclusiva?, ¿Qué entiendes por un proceso de inclusión en la formación en danza?, o ¿Por qué es importante que las personas con discapacidad también bailen?, se fomentó un diálogo crítico y abierto sobre percepciones y experiencias vinculadas a la discapacidad.

 

Este proceso colectivo de reflexión permitió identificar, mediante mapas conceptuales, las necesidades y desafíos específicos de cada región, y establecer un marco común para abordar la danza desde una perspectiva accesible, creativa, inclusiva y respetuosa. A continuación, se presentan las reflexiones más relevantes:

Perspectivas culturales y discapacidad


Los participantes indígenas aportaron una mirada enriquecedora, especialmente un representante de la comunidad Inga, quien describió la forma en que las creencias configuran la comprensión de la discapacidad. En su comunidad, las personas con discapacidad son nombradas “semillas con capacidades diversas”, una definición que varía según la cosmovisión de cada territorio, pero que en términos generales puede asociar la discapacidad con desarmonía o como un don.


“Si hablamos de que la discapacidad es una desarmonía, los mayores señalan que bien puede ser a causa de un castigo de la Madre Tierra hacia el territorio o hacia cierta comunidad. Por otro lado, se habla de semillas con capacidades diversas como un don otorgado por los espíritus mayores. Algunas comunidades identifican a las personas con discapacidad como hijos del trueno, del árbol o de la laguna. En nuestro territorio, se ha establecido que una persona con discapacidad es hijo del Cayu, el nombre de un espíritu mayor que nos orienta”. – Orlando Uní Joaqui, participante del taller en Popayán.


Desde la perspectiva de los derechos de las personas con discapacidad, sin embargo, es importante cuestionar estas narrativas que asocian la discapacidad con castigo o donación divina, ya que pueden perpetuar enfoques no equitativos hacia las personas con discapacidad.

En ConCuerpos, promovemos una danza accesible y autónoma, centrada en los derechos culturales de las personas con discapacidad, desafiando visiones paternalistas o asistencialistas. Esto implica revisar cuidadosamente el lenguaje empleado, las dinámicas de poder que se generan y, particularmente, cuando se trata de maestros sin discapacidad, evitar suponer limitaciones en las personas con discapacidad con las que se trabaja. Así, buscamos promover relaciones basadas en el respeto, la horizontalidad y el reconocimiento mutuo. Esto implica desarrollar metodologías inclusivas que se adapten a las necesidades y posibilidades de todos y todas, fortaleciendo un espacio más equitativo donde la discapacidad deje de ser el centro, y sea la danza y la exploración del movimiento lo que tome protagonismo.

 

Discapacidad: empatía, derechos y reflexiones críticas

 

Una de las reflexiones más recurrentes entre las personas participantes fue la idea de que, en cierta medida, todos tenemos algún tipo de discapacidad. O pensar que en un entorno de sordos, por ejemplo, la persona que escucha sería la “anormal” y los sordos los “normales”. Esta es una reflexión que el equipo docente ha encontrado en muchos talleres introductorios de danza inclusa y que consideramos que demuestra un primer nivel de empatía que emerge cuando las personas sin discapacidad se relacionan de una manera más horizontal con personas con discapacidad. Si bien esta reflexión inicial evidencia un primer nivel de empatía, es fundamental profundizar en el análisis para evitar reduccionismos.


Desde la perspectiva de ConCuerpos, nos distanciamos de asociar la discapacidad con conceptos de normalidad o anormalidad, pues no resulta fructífero desde la perspectiva de derechos. Más bien, consideramos crucial reconocer las necesidades de apoyo específicas de cada caso y entender que la experiencia de vida de una persona con discapacidad no puede equipararse a la de una persona sin discapacidad. Invisibilizar las luchas y necesidades particulares de esta población implica desconocer su exclusión histórica. Por lo tanto, fue importante para el equipo docente aportar a la discusión señalando que asumir que todas las personas en uno u otro modo son discapacitadas es invisibilizar tanto las luchas como las necesidades particulares de esta población.


Aunque a largo plazo se aspira a construir una sociedad donde la etiqueta de discapacidad no sea necesaria para garantizar derechos y equidad, en el presente esta denominación resulta clave para visibilizar las luchas y asegurar apoyos adecuados.Así lo demuestra la imagen que acompaña este párrafo, que permite conocer la perspectiva de participantes sordas y las barreras comunicativas que enfrentan cotidianamente.

La segunda actividad consistió en hacer trazos de líneas en el suelo de manera colectiva como otra representación de su trayectoria pedagógica. En tanto que el primer ejercicio despertó sentimientos dolorosos, se propuso que en este segundo ejercicio el énfasis estuviera en los momentos de felicidad y alegría. En una gran hoja de papel sobre el suelo, cada quien dibujó un aspecto positivo de su historia demostrando que, a pesar de la violencia y de los infortunios de la vida, siempre existe la posibilidad de volver a esos  sitios de la memoria llenos de creatividad, descubrimiento y crecimiento personal, que son el impulso para poder seguir adelante. 

La Cartografía Corporal Pedagógica comenzó con una meditación en donde, en parejas y con la ayuda del contacto, los y las participantes hicieron un viaje introspectivo hacia el mundo de sus recuerdos mapeando su recorrido de aprendizaje y formación.

 

Este viaje introspectivo sensibilizó y preparó a los y las participantes para la expresión gráfica. Así, cada participante dibujó la silueta de su cuerpo sobre una gran hoja de papel como ese territorio donde se encuentran los trazos y las huellas de sus experiencias. Cada silueta fue llenada con las representaciones de los lugares, personas y eventos que han sido significativos e importantes a la hora de moldear su práctica pedagógica. Al final, se hizo una suerte de galería donde se expusieron todas las cartografías y algunos de los y las participantes contaron sobre el contenido de su silueta a las demás personas del grupo.

Finalmente, se realizó la tercera actividad gráfica en donde cada quien, siguiendo la metáfora de la brújula que marca el camino de los barcos en alta mar, dibujó su propia Rosa de los Vientos para su trabajo docente de inclusión. Por ello, cada quien plasmó todo aquello que es esencial en su concepción de la danza y que guía su práctica pedagógica accesible. Esto permitió llevar el foco a los principios de la práctica más que a las formas o pasos. De esta manera, es posible diseñar metodologías que sean accesibles para todos y todas. En las rosas de los y las participantes se evidenció que es fundamental la perseverancia, la creatividad, la experimentación y la valentía. Estos valores permiten insistir en la inclusión como práctica que no concerniente solamente a las personas en condición de discapacidad, sino que es una herramienta de transformación social en colectivo, que logra re-significar el cuerpo territorial e individual como semilla de creación.  

Aportes transformadores desde la danza inclusiva


A partir de los argumentos expuestos, los y las docentes participantes plantearon principios e ideas innovadoras para contribuir a la construcción de mundos más justos y respetuosos. La danza inclusiva se reconoció como una herramienta valiosa tanto a nivel individual como colectivo, con la autonomía como objetivo primordial. Al explorar las singularidades del cuerpo, se promueve el autoconocimiento, el respeto mutuo y el empoderamiento, alejándose de discursos de caridad o superación personal.


Cuando esta práctica se entrelaza con el movimiento, surgen nuevas formas de ejecución y comprensión, fomentando la construcción colectiva de conocimiento. Este enfoque permite deconstruir roles y limitaciones impuestos por la sociedad, generando narrativas más inclusivas y transformadoras.

Un aspecto muy relevante del taller fue tener en cuenta las historias de vida de los maestros y maestras en relación a sus prácticas de danza. Es decir, incluir en la reflexión sobre inclusión las particularidades de los contextos y territorios, dando importancia a las experiencias reales de cómo la danza y el cuerpo se enmarcan en momentos históricos y geográficos determinados. La experiencia fue abordada a través de tres ejercicios clave: la Cartografía Corporal Pedagógica, las Líneas de Vida y la Rosa de los Vientos.

Hacia una profesionalización y universalización de la danza inclusiva


Una vez asumida la idea de que la danza inclusiva puede entenderse también como un proyecto de vida, surge la importancia de profesionalizar este oficio. Esto implica garantizar la continuidad y visibilización de los procesos, crear espacios accesibles, reconocer la práctica artística como un trabajo digno que debe ser remunerado adecuadamente y, finalmente, formar públicos que valoren la diversidad en escena.


Además, se propuso consolidar redes entre colectivos de diferentes territorios para intercambiar experiencias, ampliar la visión de la inclusión y generar nuevas propuestas. Este intercambio permite ampliar la visión de la inclusión. Cada persona que entra en estos espacios nos invita a reflexionar sobre el alcance de la palabra "inclusión", un concepto tan amplio que nos obliga a cuestionar, replantear y ampliar nuestra capacidad de apertura. Esto nos desafía a buscar constantemente nuevas propuestas y alternativas.


En este sentido, se movió la idea de que estas apuestas deben convertirse en una práctica universal, un "virus" positivo que catalice cambios significativos en la forma en que entendemos y vivimos nuestras experiencias compartidas. Aunque no podemos "ponernos en los zapatos del otro", es fundamental impregnarnos de sus vivencias para imaginar y construir un futuro más inclusivo. Se propuso entonces que si los espacios carecen de rampas, baños accesibles o condiciones que no permitan la participación plena, debemos detenernos, porque un espacio excluyente atenta directamente contra la dignidad humana. Y que en consecuencia esto nos lleva a preguntarnos: ¿Qué hago aquí si este espacio no es para todos y todas?


Finalmente aprendimos que más allá de enseñar, ser docente implica promover la singularidad, autonomía y agencia de cada persona. Así como el amor, construir espacios pedagógicos accesibles requiere un trabajo comprometido y constante que nos transforma tanto a nivel personal como colectivo.

En el taller en Popayán se destacó el caso curioso de una pareja conformada por dos miembros de comunidades indígenas quienes experimentaron la mágica sensación de la mezcla de sus recuerdos en medio de la meditación, revelando así, que tal vez las memorias no son sólo particulares, sino colectivas y de un contexto territorial.


Vale la pena mencionar también que en esta práctica se hizo evidente el profundo compromiso que los y las participantes tienen con sus territorios y la inevitable huella que la dura realidad de violencia de nuestro país ha dejado en cada participante de este taller. Es el caso de Francia quien resaltó en su cartografía la historia de su territorio y la influencia que esta ha dejado en su vida. Para ello hizo uso de tres colores: el amarillo que representa la riqueza natural de Santa Rosa, Cauca; el rojo que expresa cómo los grupos armados han arrasado con su población; y el verde para señalar cómo la inclusión de las personas en condición de discapacidad, ha hecho más llevadera las difíciles circunstancias. El trabajo de inclusión que la maestra realiza en su territorio ha sido la manera en la que ella ha encontrado su sentido de vida.