Una reflexión sobre la historia del autismo

La primera mención del autismo se encuentra en la obra de Eugen Bleuler (1857 – 1939), un psiquiatra suizo y amigo de Freud, quien en 1911 utilizó por primera vez la palabra en su descripción de la esquizofrenia¹, particularmente en la esquizofrenia infantil. Bleuler conceptualizó el autismo como autos², como ensimismación por uno mismo y mundo interior.

El primer diagnóstico de autismo fue el de Donald Gray Triplett, un banquero estadounidense nacido el 8 de septiembre de 1933, quien fue diagnosticado como autista por Leo Kanner en 1943. Triplett, conocido como el "Caso 1".

No fue hasta 1980 que se formalizó la distinción entre el autismo y la esquizofrenia. Antes de esta fecha, ambos trastornos se consideraban parte de un espectro más amplio y no se reconocían como entidades clínicas independientes. Por otro lado, Hans Asperger (Viena, 1906 – 1980) describe en 1944 un síndrome separado de la “psicopatía autista”³. Utiliza este nuevo síndrome para separar los diagnosticados de autismo de “alta funcionalidad” que según su parecer sí tienen cabida en la sociedad, de los que no. Asperger fue militante del partido nazi austriaco ‘Frente Patriótico’⁴ y se autodenominaba creyente de la “eugenesia católica”. Existen sospechas (que nunca podremos confirmar, debido a la sistemática desaparición de documentos incriminatorios en la Alemania nazi) de que Asperger enviaba sus pacientes diagnosticados a la clínica en Alemania donde eran torturados y asesinados⁵.

Aun así, en 1994 el síndrome de Asperger fue formalmente reconocido como un diagnóstico separado del autismo. Cuesta pensar qué fue lo que mantuvo a Asperger relevante. ¿Serán las más de 300 publicaciones suyas? ¿Fue un caso de quantity over quality? En 2013 desaparece el término Asperger de una porción del mundo de la psicología, que reconceptualiza el autismo, creando el conocido término del “trastorno del espectro autista”⁶ (siglas ASD en inglés). Aun así, se sigue utilizando. Sin irnos muy lejos, los artículos que hablan de Greta Thunbern utilizan Autismo y Asperger intercambiablemente.

Siendo realista y observando el mundo a mi alrededor, este cambio sólo es visible en entornos concretos. Como menciono en Mesa, la mayoría de los doctores que me han atendido utilizan el término Asperger.

Opino que un doctor en cualquier campo de conocimiento debería mantenerse actualizado siempre que ejerza, pero dejando mis (mínimas) exigencias a un lado, el verdadero problema era que los doctores que me dieron información equivocada no eran especializados en psicología ni psiquiatría. El problema es que una autoridad médica en dermatología (por dar un ejemplo) tenga la deshonestidad de hablar con desconocimiento, en vez de derivarme al especialista.

Eso se escapa de mis manos, de momento, así que prosigamos con más investigación.

Esa es la pregunta de investigación como tal. Hay muchas más dudas. ¿Esta diferencia aporta algo más al panorama artístico o es indiferente? ¿Se pierde la metáfora en personas con otro lenguaje de pensamiento? ¿Cómo co-crear desde la heterogeneidad? ¿Qué significa ser autista y que soy sin esa identidad impuesta? ¿Quien inventa estas etiquetas? ¿Dónde está situada la línea social invisible que hace que yo sea autista? ¿Cuánta variedad está permitida dentro de lo normativo?