Desarrollo del proyecto


 

Antes de entrar en el sujeto a analizar, para poderlo levantar veo crucial el posicionarme. No como excusa o indulgencia. Más bien, por eviden- ciar que yo trabajando el requeté, no dejo de ser algo a analizar también.


Mi fascinación por lo bélico encuentra su raíz en los ritos hipermasculinizantes. Si bien esos ritos pueden ser leídos desde lo queer, algunos pueden ser más peligrosos que otros. Algunos conllevan un revisionismo común- mente utilizado por la extrema derecha y formaciones paramilitares, las cuales ensalzan ideales totalitaristas. Los ritos a los que deseo acercarme son lo peligrosos. No los que pueden pasar el velo de “hijos de su tiempo” para reformularse dentro de teorías queer.


Trazar un camino desde mi realidad hasta la España militar del siglo XIX no tiene afán de fetichización. El mayor reto de esta investigación es el cómo, pues si bien es evidente que el tema a tratar es jugoso, también he de pensar la razón por la que despertarlo justo ahora.


 

Dejando a un lado, en esta ocasión, a Tom of Finland, Kenneth Anger y Bruce Labruce, el sujeto a analizar se erige ante nosotros como catalizador de pequeños gestos y síntomas de mi generación, los cuales se llevan ges- tando desde tiempos inmemorables. Específicamente la colectivización masculina y su independencia de género respecto a todo lo demás.


El planteamiento tomó varias formas durante las primeras fases de este proyecto. Desde que empecé a trabajarlo me quise poner en una situación incómoda y medir cuán- tos grados de separación había entre yo y ellos. Entre los chicos de mi entorno y ellos. Qué hubiesen necesitado ellos para ser nosotros y qué necesitaría la contemporaneidad para caer en un Estado Militar.


Me he visto obligado a borrar mis gus- tos del camino (no sé si con éxito). No puede ser un ballet, una ópera o una zarzuela. Quise medir sus medios y sus formas para entender cómo se reproducen sus imágenes y en qué punto generan ideología. Entro de nuevo en todo lo que me aburre o repudio: si es en cine, el género de acción, de aventuras, bélico,... Aquel al que no he sido invitado. Si es en música garage, rap, folk, country, ranchera o rock’n’roll. Entiéndase la segregación de géneros no por su naturaleza o formalismo, sino por el uso que la sociedad haga de estos (y esto aplicado a todo).


Para el desarrollo de este proyecto de inves- tigación veo varias posibilidades que me gustaría tantear. Por un lado, la ficción no deja de ser para mí un lenguaje desde el que trabajar. Me resulta pertinente explorarla en distintas formas. Tengo experiencia en el campo del audiovisual, por ello querría seguir insistiendo en él. No obstante, veo necesario contraponerlo a distintas disciplinas. El formato de publicación tiene cabida en este proyecto, así como el de charlas, talleres, ciclos de cine y acciones públicas en las que se puedan mostrar distintas ideas aquí tratadas en común.Si hasta ahora mi labor ha sido identificar el requeté, me gustaría activarlo ahora. Darle una forma plástica y tocarlo de verdad. Aún no conozco todas su posibilidades en el arte pero estoy convencido de que son muchas.

Para el desarrollo de este proyecto de investigación veo varias posibilidades que me gustaría tantear. Por un lado, la ficción no deja de ser para mí un lenguaje desde el que trabajar. Me resulta pertinente explorarla en distintas formas. Tengo experiencia en el campo del audiovisual, por ello querría seguir insistiendo en él. No obstante, veo necesario contraponerlo a distintas disciplinas. El formato de publicación tiene cabida en este proyecto, así como el de charlas, talleres, ciclos de cine y acciones públicas en las que se puedan mostrar distintas ideas aquí tratadas en común.


Si hasta ahora mi labor ha sido identificar el requeté, me gustaría activarlo ahora. Darle una forma plástica y tocarlo de verdad. Aún no conozco todas su posibilidades en el arte pero estoy convencido de que son muchas.