Anexo III: Apuntes de encuentros con Pía Sommer
Primer encuentro
9, 10 y 11 de marzo de 2020, Valdivia
Llegué a Valdivia el lunes 9 de marzo temprano después de viajar toda la noche en bus y muy cargado de instrumentos, pedales, cables, etc. Fui recibido por un amigo en la casona en que funciona el Festival de Cine de Valdivia y el bar La Última Frontera, ambos verdaderos símbolos de la ciudad, que hacen de esa casona sobreviviente, uno de los centros neurálgicos de su famosa cultura universitaria. Menciono esto porque estar en esa casa resultó en muchos beneficios a mi estadía y nuestro trabajo, pero también porque en ese mismo lugar nos conocimos con Pía hace 5 años gracias a que ella me reconoció por los videos de la Orquesta de Poetas, cuando asistí al Congreso de la Sociedad Chilena de Musicología, y ella casualmente estaba residiendo en Valdivia por algunos meses. Digo casualmente porque pese a que Pía es muy conocida en la región (y me sorprendió cuánto efectivamente lo es), ella es de Rio Bueno y nunca residió en Valdivia más que justo en esos meses en que nos conocimos. Además en dicho congreso al que asistí, el conferencista internacional era Rubén López Cano. Esa noche conversamos los tres, ya que ambos viven en Catalunya, e incluso tenemos una foto junta que Pía conservaba. Menciono esto como anécdota importante, porque mi plan para volver a trabajar con Pía es hacer mi pasantía en la Esmuc, asunto que hablé con Rubén, a lo que él respondió entusiastamente.
El jueves anterior la había entrevistado por Skype para preparar nuestro primer encuentro. Con Pía nunca habíamos trabajado juntos. Después de que nos conocimos en 2015, con el equipo que producimos el Festival PM la invitamos a la segunda versión en 2016, en donde hizo dos performances vocales que sembraron en mi la idea de trabajar juntos en algún momento. Ella es parte fundamental de la pequeña familia sonora de la poesía chilena, trabajar con ella, en todo caso, sería cosa de tiempo. En la entrevista definimos que ella llevaría materiales fonéticos escritos que sirvieran de guía o punto de partida, pero que esta primera vez trabajaríamos con un carácter de improvisación y exploración. Mi objetivo, al igual que con Luis, era conocernos en la práctica artística común.
Nos reunimos con Pía en Valdivia, porque era el único punto de encuentro posible. Ella estaba en Rio Bueno de vacaciones con su marido e hija de un año y medio. Dada la situación política chilena, no quería pasar por Santiago. El mismo día que llegué, por la tarde, nos reunimos en casa de mi amigo. Yo tenía todo montado y sonando: bajo, pedales, controlador, computador, interfaz y micrófono. Fue un ensayo, si cabe el término, con audífonos, para no depender de amplificación. El detalle de que fuera con audífonos terminó siendo relevante para Pía, al día siguiente no los usamos y ella los extrañó.
Ese primer día produjimos 4 tracks más las muestras de su voz para el análisis acústico, bastante más de lo que produjimos el primer día de trabajo con Luis, bastante más propenso a la conversación distendida y menos a la improvisación. Creo también que la entrevista previa muy cercana a la reunión fue una buena estrategia, ya que me permitía tener fresca la conversación (incluso sin haberla transcrito aún), y que tanto Pía como yo tenemos bastante experiencia frente a micrófonos y en el manejo de electrónica. Sin embargo, adelantando conclusiones críticas, yo no logré sentirme tan cómodo con mi propias propuestas musicales como con Luis. Quizás la misma horizontalidad entre la voz de Pía y los instrumentos, es una dificultad adicional a la creatividad.
Comenzamos con una impro en voz y sintetizador. Desde un comienzo Pía hizo un gran despliegue de sus recursos vocales sin mayor referencia textual, en este caso sobre mi búsqueda de armonías partidas. Utilicé con Pía casi exclusivamente sonidos del ámbito del Rodhes, y creo que por mucho que me agrade, tengo ahí una fijación estilística, que debo revisar y desafiar, porque está muy atada a una musicalidad convencional.
La segunda pieza del día fue en voz y bajo loopeado. Pía utilizó materiales de una larga partitura fonética que traía. En el bajo generé un loop que presentó un intervalo demasiado presente y que termina siendo molesto. Por lo que la conclusión es que a esta toma le puedo grabar un nuevo bajo, o bien utilizarla como poema sonoro para intervenirlo electroacústicamente.
La tercera prueba fue grabar un poema sonoro (sin título) de Pía con voz sola y limpia, el cual también podré utilizar para componer electroacústicamente. Vale mencionar que Pía casi nunca se guía estrictamente por un texto, sino que lo interviene o simplemente llega un momento en que se desprende de él.
Ya algo cansados y con el tiempo de Pía justo para ir a ver a su pequeña, hicimos la última grabación del día, de nuevo para bajo loopeado y voz. Esta vez algo menos improvisatoria. Uno de los poemas que Pía trajo era un poema iterativo muy simple que sólo dice Trona/Aulla repitiendo en cada verso 5 veces consecutivas cada palabra. Además ambas palabras aparecen en uno de los temas que hizo Pía en 2016 y sobre el cual ya estaba yo trabajando electroacústicamente. Por lo tanto me interesaba mucho una versión distinta sobre las mismas palabras. La repetición de 5 veces cada palabra y además su ordenamiento en columnas me permitía “traducir” eso a una idea musical simple. En este caso el espacio de cada palabra estaría marcado por un acorde diferente de forma cíclica y no resolutiva, loopeado y sobre el cual tanto pía como yo podríamos desarrollar otras ideas relacionadas. Eso sí, con el pedido de Pía de no abusar del loop creado, o sea que lo apagara en algún momento. Esta fue sin duda la prueba que más gustó del día, y quizás del encuentro en total (aunque aún me falta escuchar lo grabado en la radio).
Al día siguiente nos reunimos a trabajar en el Laboratorio de Imagen y Sonido (LIS) de la Facultad de Arquitectura y Artes de la Universidad Austral, en Isla Teja. Tiempo antes había solicitado a Rodrigo Castellanos y Alejandro Albornoz la posibilidad de utilizar algún espacio equipado con sonido para nuestro encuentro con Pía. Debido a las movilizaciones sociales de 2019, la UACh estaba cerrando el semestre anterior durante marzo de 2020, por lo que contaban con muy poca disponibilidad de espacios, y acordamos que haríamos un ensayo abierto durante una mañana completa. El contacto con Rodrigo y Alejandro es importante. Rodrigo es un compositor electroacústico mexicano radicado en Chile desde hace años, quien obtuvo su maestría en composición en la U. de Chile. En 2018 lo invitamos al Festival PM para presentar una obra acusmática basada en voz. Por otra parte Alejandro llegó hace algunos meses a Chile retornando de su doctorado en Sheffield, Reino Unido. Su tesis Voice and poetry as inspiration and material in acousmatic composition, la había podido revisar recién hacía unas pocas semanas ya que había estado en un largo proceso de edición antes de su publicación en línea. Es así que me interesaba mucho reunirme a conversar con él sobre distintos aspectos que ya había encontrado en su trabajo. Si bien el intercambio fue fructífero y su texto tiene aspectos que me interesan, me di cuenta tanto leyéndolo como conversando con él, que estábamos haciendo investigaciones muy distintas. Creo que ya lo sabía antes incluso de leer su tesis, pero ahora lo podía confirmar y comprender mejor. Yo no soy un compositor “puro” no sólo por formación, sino que porque estoy preocupado de un problema, por difuso que sea, y no sólo por añadir un marco teórico más profundo a mis creaciones o por solucionar desafíos técnicos.
El ensayo abierto no tuvo mucha convocatoria, pero a nosotros no nos complicaba. Incluso al contrario. Rodrigo y Alejandro en cambio estaban molestos con sus estudiantes porque no asistió ninguno, pero es una situación común entre estudiantes de pregrado. Sí asistieron unos seis profesores interesados que se quedaron más o menos tiempo, y no sólo músicos sino que también un par de artistas visuales.
Ese martes comenzamos con una larga improvisación en voz, sinte y bajo (15 minutos aprox). Estábamos intentando continuar con el hilo del día anterior, retomar la hebra y encontrar nuevos caminos a la vez. La voz de Pía siempre explorando el grito sucio y agudo, así como también la iteración de fonemas con clara alusión a la tradición de la poesía sonora: una lengua nueva, universal y libre. Su capacidad de expresión, proyección e intención en el uso de la voz está al mismo nivel de importancia que el material fonético que presenta. En esta toma creo que el momento mejor logrado, o que puede dejar ideas aprovechables, es el loop de trémolo del bajo inspirado en los gestos vocales de Pía y que a la vez la retroalimentó para un nuevo desarrollo.
Continuamos con el poema de Pía “Trámame” seguido de “Voy lejos catalejo”, con la idea de loopear su voz y sobre eso desarrollar la voz, bajo y sinte. Sin embargo tuve problemas técnicos con el looper de Ableton Live, una falta de experiencia que debo solucionar si pienso utilizar esta herramienta en vivo. La sección del bajo no me gustó en un comienzo. Tiene demasiados efectos, y por eso más adelante lo limpié. Creo que a partir de ahí (min 8), comienzan a darse ideas más interesantes, incluso para la lectura misma de Pía, que en este caso es bastante convencional. Más adelante hace un paso brusco de la lectura al canto muy interesante, que el bajo acompaña con una secuencia de acordes bastante diatónicos que generan algo que vale la pena explorar. Después el bajo genera un ostinato melódico que se loopea y sobre el que entra el sinte. Esto genera un cambio en la voz de Pía, provocando una nueva sección, o una proto sección que vale la pena volver a trabajar.
Como tercer tema del día, volvimos sobre la misma versión de Trona/Aulla del día anterior. En esta ocasión creo que la exploración solística del bajo es excesiva por momentos, aunque después se enmienda con patrones más continuos. La voz de Pía queda muy baja en un momento, en parte porque ella experimentó sin micrófono para evitar los efectos. En todo caso esto habla de que el set up autónomo en que yo hago todo, no podrá ser siempre así, y que necesitaré al menos una persona que asista en sonido, luces y cámara.
La última toma del día fue una impro en sinte y voz con una clara intención de sincronización de gestos y apoyos en un principio, principalmente del sinte siguiendo a la voz. Aunque esta intención se libera más adelante, se puede percibir que vuelve permanentemente. Creo que en este caso hay una buena síntesis de parte del trabajo, al menos de la más improvisada. Con esa sensación muy positiva terminamos el ensayo abierto, en el que quedó solamente el sonidista de la sala (Joaquín).
Ese mismo día por la tarde estábamos invitados a una entrevista en la Radio UACh, para grabar un programa que se transmitiría una semana después. La entrevistadora contactó a Pía cuando se enteró por nuestro afiche de que ella estaría en la ciudad. Y aunque Pía le pidió invitarme a mí también, claramente la periodista estaba interesada en Pía, tenía algún libro suyo, y sabía de poesía. Lo inesperado de todo fue que nos pidieron que tocáramos en vivo para cerrar la entrevista, ya que había un piano eléctrico, un Casio que aunque restringido en sonidos, por supuesto tenía un sonido tipo Rodhes. Nos tomó por sorpresa pero resultó en una buena experiencia porque sin proponérnoslo se produjo una suerte de síntesis de lo que habíamos trabajado los dos días, y también porque al tener un límite de tiempo claro, unos 5 a 8 minutos según nos pidieron, produjo una constricción que nos dio cierta claridad, o al menos así lo sentimos nosotros. De pronto algo surgió naturalmente. Hablo de memoria porque aún no escuchamos esa grabación, pero creo que fue sobre todo algo muy en la línea de lo último que habíamos tocado esa mañana.
Muchas cosas en limpio puedo concluir de esta reunión. Quizás la principal es que me sentí menos cómodo con mis propuestas musicales. Menos cómodo con el bajo en muchos pasajes, y muy propenso a las teclas con propuestas y sonidos que sugieren ciertos acercamientos al jazz. Es algo que no me molesta, pero debo estar consciente de ello para el momento en que deba relacionar esto con mis preguntas de investigación.
Como he mencionado debo seguir superando problemas técnicos del manejo de todas las variables por parte mía. Una de las opciones es que en el caso de Pía, ella maneje sus propios efectos, dado que tiene la experiencia y medios para hacerlo.
Realizadas ya las dos primeras experiencias de trabajo práctico, con Luis y Pía respectivamente, puedo comenzar a vislumbrar que la función de la práctica no será la del experimento científico, que busca en sus ejercicios probar o refutar. Nada responde una práctica artística por sí misma a una pregunta de investigación. Sino que tiene que ver con el hacer y contrastar mis propios prejuicios como músico y poeta, y sacar conclusiones que tienen que ver con los procedimientos, con lo sonoro, pero también con cómo esta práctica transforma nuestra propia manera de concebir las “prácticas de origen”, allí es donde la imaginación sónica y la práctica vibracional, vuelven a cobrar protagonismo.
Segundo encuentro con Pía Sommer
Mataró, Barcelona, miércoles 23 de junio de 2021
Lograr llegar hasta aquí fue solo producto de una profunda determinación en el carácter artístico/creativo de mi investigación, y sobre todo en que el motor de mi motivación está en la práctica. Determinación es la única explicación para sortear la incontable cantidad de trabas que ha tenido hasta ahora esta aventura. Pasaportes vencidos, cierre de fronteras, controles sanitarios, cruces de agendas familiares y profesionales, y la enorme distancia entre Mataró y Santiago. Cruzar el océano sólo para encontrarse, para compartir un mismo espacio en donde vociferar, hacer sonar y proponer las maneras en que nuestras prácticas pueden colaborar. En mitad del año 2021 todo eso suena anacrónico, como algo absurdo, ridículo, algo que hacíamos antes, cuando éramos felices y no lo sabíamos, inconscientes del valor de una libertad que no supimos cuidar, y que de ese modo perdimos.
Patrañas, pensé. Nada reemplaza al encuentro, ni cambios metodológicos ni ninguna herramienta virtual que conozcamos hasta ahora. Me embarqué en esta aventura académica precisamente por estas prácticas y estos encuentros. No iba a darme por vencido tan pronto. Lo cierto es que, contando con ciertos apoyos económicos para esta pasantía, con una invitación de la Universidad de Barcelona, con el pasaporte alemán gracias a mi ascendencia, y con una estricta revisión de los requisitos para viajar en esta nueva realidad, logré embarcarme con mi familia desde Santiago hasta Mataró. Esta es una pequeña ciudad 30 km al norte de Barcelona, sobre el Mediterráneo. Una antigua ciudad textil plagada de viejas chimeneas, cuyo nombre romano fue Iluro, una ciudad de producción vitivinícola.
Después del cansancio y de las exigencias de hacer dos vuelos, un autobús, un tren y un taxi con una niña de 5 años, finalmente nos pudimos instalar en un cómodo apartamento en nuestro destino. Pía nos estaba esperando a la salida del tren para darnos la bienvenida y nos acompañó a nuestra nueva casa. Esta “familiaridad” ayudó mucho también en lograr esta pasantía. Los dos primeros días los dedicamos a ambientarnos, ir a la playa, comprar comida y descansar un poco.
Si bien todos los días nos hemos visto, recién ayer martes 22 por la tarde tuvimos nuestra primera reunión para hablar sobre nuestro trabajo. Nos encontramos en el taller/estudio de Pía, a pocas cuadras de mi casa (todo queda bastante cerca en Mataró). El lugar es una bodega de una empresa, en donde alquilan un ala del lugar a Pía y Ferrán, su pareja, quien es sonidista audiovisual. No fue una reunión muy larga, pero nos permitió contarnos un poco sobre las investigaciones de cada uno, y sus estados de avance, ya que Pía también cursa un doctorado, justamente en la UB, y fue gracias a su profesor Eloi Puig que conseguí la carta de invitación para todos los trámites que permitieron el viaje.
Lo más relevante de la reunión era conocer el lugar en donde trabajaremos, el cual cuenta con un área de escritorios y trabajo más bien gráfico y visual/material, y otro de estudio de grabación/ensayo, con prácticamente todo lo que necesito técnicamente, incluso un bajo eléctrico y otro acústico de Ferrán. Comprobé que podría haber traído incluso menos cosas de las que traje, pero en cualquier caso, desde lo técnico estamos cubiertos. A Pía le preocupa el ruido de calle, porque no es un estudio aislado acústicamente, y porque está montado hace pocos meses y aún no han grabado. Pero le expliqué que he decidido aceptar las condiciones acústicas de trabajo, incluso sus potenciales ruidos, y que hasta ahora han sido muy variadas, y nunca del todo ideales. En todo caso trabajaremos grabando todo el proceso, y con auriculares y no con PA, y este espacio que me ofrece Pía es bastante más adecuado que, por ejemplo, la casa del Lagomar. Servirá también este proceso para poner a prueba el estudio.
Por lo demás, Pía ya me dio copia de las llaves del lugar para ir a trabajar cuando necesite, es difícil pedir más. Lo primero será ir a trabajar en el texto que estoy escribiendo sobre las colaboraciones performáticas, que quiero entregar en fecha y seguir avanzando pese a estar en pasantía. Y también ir al lugar a tocar y soltar los dedos, disponer todo espacialmente, conectar y probar cada equipo, y entrar de a poco en el ambiente que requieren estas colaboraciones. Es una situación distinta a los otros encuentros con Luis y Pía, mucho más basados en la eficiencia del uso de pocos días. Esta vez tenemos más tiempo para entrar en el proceso, probar ideas, equivocarnos y mejorar los problemas técnicos que me he encontrado antes. Todo debería ir bien. Hoy vamos a cenar a lo de Pía, llevar los regalos que les trajimos, y compartiremos la fiesta de San Joan, que marca el inicio del verano, una fiesta especialmente ruidosa por el uso de petardos en las calles, especialmente para los niños. Ahora pienso que debería grabar eso.
Lunes 28 de junio de 2021
Estoy viniendo a escribir mi avance de tesis al estudio de Pía. Estuve casi todo el día solo. Ella llegó por la tarde. No para tocar, todavía no nos ponemos a ello, sino que para avanzar en sus cosas. Ha sido importante ambientarme en la ciudad y en el lugar en donde trabajaremos. Compartir el mismo espacio, poder conversar caóticamente, reunir pedazos de anécdotas y experiencias que nos hemos tantas veces mensajeado.
Pía ayer estuvo avanzando en gestiones para conseguir un par de fechas para presentarnos durante el mes de julio en Mataró. Ella es una artista conocida y respetada en la región. Estamos buscando contextos pequeños de muestra, muy DIY, pero interesantes.
Después de un rato salimos al taller de Edu, un artista gráfico amigo de Pía. El lugar se encuentra en una pequeña calle del centro de la ciudad, y la idea de Pía es abrir el portal de madera que tiene por frente hacia la calle, y tocar para amigos y paseantes. Instalar lo básico de sonido y tener algo para tomar. A Edu le encantó la idea en un plan muy relajado y amable. Había escuchado algo de lo nuestro y nos ofreció el taller para lo que quisiéramos. Nuestro formato permite montarnos con poco y rápido.
La tarde terminó en un bar con Pía tomando unas cervezas y haciendo un poco de catarsis sobre los avatares que nos habían traído hasta esta ciudad, finalmente. Estos días de encuentro previo al trabajo sonoro con Pía están siendo ricos y espontáneos. Nos encontramos de a ratos en el taller, conversamos, nos contamos en lo que estamos cada uno. Se establece un improbable e inesperado cotidiano que está enriqueciendo y engrosando nuestra relación personal, y sé que también repercutirá para bien en nuestras prácticas.
Jueves 1 de julio
Escribo esto montado en un bus con el Mar Mediterráneo en todo su esplendor a mi izquierda, camino a Barcelona a reunirme con Rubén López Cano. Debo a él el haber sabido hace seis años de la posibilidad de la Investigación Artística, además de su apoyo con mi investigación en la maestría en musicología cuando él fue profesor invitado, y sin duda de la importancia que tuvo su tesis doctoral y otros textos suyos en mi trabajo anterior.
Con él también había hablado para hacer la pasantía, invitado por la Esmuc, lo cual no pudo concretarse porque la escuela decidió no extender invitaciones por la pandemia. Aun así Rubén intentó encontrarme invitaciones con otros colegas, hasta que por suerte Pía me ayudó a resolverlo con Eloi Puig, desde su mismo doctorado en la UB.
También me reuniré con Gerard Altaió, un poeta e impresor que es parte de Language is à Virus, amigo de Pía también. Es parte del círculo artístico, aunque aún no nos conocemos en persona, y también fundador del nuevo sello discográfico Voxxx, que armaron junto a Martín Bakero, Eduard Escoffet y Joachim.
Ayer nuevamente pasé buena parte del día en el estudio, y antes de ponerme a escribir quise trabajar en disponer el espacio e instalar mis cosas y las de Pía para que quede listo (hice un registro a cámara rápida similar al que hice en Lagomar en diciembre del año pasado).
Por la tarde llegó Pía y me contó que está teniendo unos largos intercambios con Fátima Miranda, con mensajes de audio de hasta 30 minutos, para acordar algunas clases a distancia que tomarán juntas. Pía está muy entusiasmada con ello y me dice que quiere tener nuevos recursos para trabajar conmigo y que la sincronía de los eventos es muy buena, que por algo se dio así. Ella dice que no ha avanzado en sus recursos, que son los que tiene y que se siente algo estancada, cosa que para un no cantante como yo suena extrañísimo y casi irrisorio, pero habla del nivel de compromiso de Pía con su práctica artística.
Más tarde fueron a casa Pía y familia, y también Jèssica Pujol, recién llegada a Mataró desde Londres, y por supuesto amigas de años. Gracias a Jèssica pudimos alquilar el cómodo apartamento en Mataró, que era de su abuela. Los tres juntos, y con nuestras familiar, en una pequeña ciudad del Mediterráneo es realmente algo especial que hay que apreciar y que hace parte importante de este viaje.
Ya voy de vuelta desde Barcelona a Mataró. La reunión con Rubén fue todo un gusto, le pude contar lo más relevante de mi investigación y discutir sobre la pléyade de visiones y posturas sobre Investigación Artística. Rubén afirmó mucho la idea de la importancia de contar con un tutor o cotutor artista, y de permitir que la tesis sea la construcción de un discurso poiético del artista, antes que todo. Lo mejor fue que Rubén estuvo muy entusiasmado conversando y de hecho se nos fue el tiempo, pues yo me tenía que conectar a una reunión para Chile, con todo el problema cotidiano de la diferencia horaria. Rubén insistió en volver a vernos y que nos viéramos con familias cuando estuviéramos por Barcelona de nuevo.
Luego de mi reunión, que era por la producción del Festival PM, fui a reunirme con Gerard Altaió en su imprenta L’Automática; todo lo que pueda contar es poco. Es una imprenta mayormente tipográfica, además en la que a través de su proyecto editorial Sonoras han pasado por allí gran parte del Language is à Virus. Gerard me mostró la imprenta, el funcionamiento de los tipos, y el catálogo de Sonoras. En el momento que llegué de hecho estaba trabajando en el sobre para el disco vinilo de Martín Bakero, que será el primero de la serie Voxxx, pensado como revista más que como sello, que es una vieja práctica de la era radiofónica, que se perdió con la explosión de otros formatos de audio y de impresión, y de la era digital, claro está. De inmediato dijo que debía ir a pasarme un día en la imprenta a producir alguna pieza gráfica, que es el método que emplea con la mayoría de los artistas. Y de hecho insistió en que fijáramos ya una fecha, y así fue.
Pero creo que lo más importante de esta visita, es que demuestra la intrincada conexión entre el mundo sonoro y el visual en nuestro círculo poético. ¿Qué tendrían que ver las imprentas tipográficas en una práctica artística que se plantea como eminentemente sonora? ¿Por qué se llamaría Sonoras una proyecto editorial de piezas gráficas de artistas?
Viernes 2 de julio
Al fin ese día pudimos sonar con Pía. Al final de la tarde, después de haber pasado el día en el taller, llegó Pía y después de conversar un poco, y de que ella me mostrara algunos de sus materiales antiguos (me muestra trabajos todo el tiempo), elegimos una de sus escrituras o gráficas audibles basada en la /t/, y trabajamos sobre ella en con un sinte, pero me costó entrar, y además la toma tiene ruido electrónico muy molesto. Al poco andar cambié al bajo dejando un dron del sinte en sustain. Alrededor de los 8 minutos, detuve el dron, y cambié a un bajo rasgueado y Pía intercaló las /t/ con cantos más pajarísticos basados en la /p/. Loopié ese bajo, pero en 9:50 lo detuve por algún problema. Al retomarlo funcionó un poco mejor, pero la toma no terminó de fluir.
Continuamos con otra toma conmigo en sinte rodhes y Pía trabajando sobre plosivos y fricativos (por suerte ya no hay ruido electrónico). De inmediato este formato resulta más natural y fluido. Pienso que más que analizarlo como una repetición de una fórmula, debemos comprenderlo como una profundización de una relación que resulta fructífera. Al respecto será importante preguntarse qué es lo que hace que resulte mejor esta interacción, incluso cuando yo no soy realmente un pianista/tecladista, y abuso de todo tipo de quiebres armónicos y rítmicos.
Por último volvimos sobre el bajo rasgueado, que es una propuesta que me interesa para trabajar sobre armonías modales que permitan a Pía un mayor despliegue melódico y de dinámicas (algo en lo que ella destaca). Si bien esta toma tiene algunos problemas como la voz saturada por momentos o problemas de ejecución en el bajo. La tercera toma fluyó bastante mejor y me indica que es un camino que hay que volver a explorar.
Después de casi dos semanas en Mataró, logramos tocar y grabar, y de todas formas es un resultado alentador, pese a las dificultades técnicas o a la rigidez inicial dado que no nos encontrábamos en el estudio hace un año y medio.
Sábado 3 de julio
Nuestra estadía en Mataró ha tenido mucho de encuentros cotidianos con Pía y su familia, gracias a la cercanía de todo en esta pequeña ciudad. Al día siguiente de nuestra primera grabación, nos encontramos en la plaza de la vieja muralla romana, al final del día a comer algo. En un momento que pudimos conversar, Pía me planteó que quería escribir una suerte de partitura referencial para nuestro trabajo, centrada en indicar tiempos y tipo de materiales sonoros, ya sea vocales o instrumentales. Esto, me decía, tenía que ver con buscar un sentido de lo que estábamos haciendo, un hacia dónde, y también con poder sentir la sensación final de haberse logrado lo propuesto. Le dije que de hecho una de las propuestas que yo traía era la de escribir juntos, y que me parecía que esa era una buena forma de hacerlo. Ambos estuvimos de acuerdo en que la partitura debía permitirnos mucha libertad y que los tiempos debían ser más que todo psicológicos.
Martes 6 de julio
Este día nos encontramos, como es usual, por la tarde en el taller de Pía. Conversamos sobre la invitación que me hizo Gerard Altaió y la posibilidad de hacer algo performático en su imprenta (esa performance no prosperó finalmente).
Dedicamos la tarde a Tareas Fonatorias, ya que era una de las propuestas que yo traía dentro de la posibilidad de trabajar a dos voces. A Pía le costó un poco comprender la partitura, pero una vez que lo hizo se entusiasmó mucho con realizar una reescritura para su propia guía de interpretación. Yo le insistí en que debía ser muy flexible y en que no me interesaba seguir la linealidad de la obra escrita, sino que buscar una versión más improvisada como la que realizamos con Luis. De hecho escuchamos las varias versiones que existen, incluida la con Bravo.
Miércoles 7 de julio
Aunque Pía ya había realizado sus primeras anotaciones para la improvisación, todavía tenía muchas dudas sobre la ejecución de varios de los gestos vocales, y se confundía entre sonidos y gestos. Así que le propuse que viera el tutorial que había grabado unos años atrás para el Coro Fonético, cuando se grabó la primera versión de las Tareas Fonatorias. Pía volvió a anotar sus indicaciones ahora mientras seguía los videos tutoriales, lo cual además le daba mucha risa por mis gestos, un aspecto humorístico que hasta ahora no había surgido en el trabajo con ella. Una vez que ella tenía sus anotaciones listas, yo tomé la última hoja de la partitura, la que viene solo con el “pentagrama”, y realicé algunas anotaciones complementarias a las que Pía había hecho, como guía para mí.
Instalé los micrófonos frente a frente con todo listo para grabar y filmar. A Pía le recordó el video de Elis Regina y Tom Jobin cantando Aguas de Marzo compartiendo un micrófono. Me parece importante que Pía hace mucha referencia a la música popular. Realizamos tres tomas. Fue una excelente sensación entrar en esas voces. Quizás la primera toma la sentí más natural y fluida, pero es una sensación del momento. También fue la más larga de las tres. Es interesante que las tres duraron entre 6 y 8 minutos, y que las demás versiones de las Tareas Fonatorias duran entre 5 y 6 minutos, dando coherencia a sus duraciones, como si hubiera un cierto alcance de en los recursos desplegados. La segunda toma es un poco plana, pero al final Pía realiza algunas ululaciones más propias de su práctica y no tan apegadas a las Tareas, lo cual me parece importante de rescatar. La tercera toma terminó con Pía riéndose espontáneamente y cerrando la versión de ese modo, lo cual estoy seguro que es significativo y da para ahondar en ello. La risa como una manifestación también de la voz.
Martes 13 de julio
Después de varios días sin reunirnos, volvimos a encontrarnos en el estudio. Debido a que Pía ese día no estaba bien de la voz, dedicamos la tarde a una sesión de escucha. Lo primero fue hacerle escuchar a Pía el instrumento Yov en directo, el cual yo construí para las intervenciones electroacústicas sobre Yov, a partir de su propia voz en aquella obra. Pía se impresionó mucho con el hecho de que su voz naciera desde un teclado de manera tan orgánica. Reflexionó en el carácter coral del instrumento, y en la distancia histórica y tecnológica que lo separaba de dichas prácticas, pero que aun así se encontraban en nuestro proceso, y en el hecho de que la próxima semana vamos a tocar en un taller adosado a una iglesia que mantiene una importante tradición coral y uno de los órganos más importantes en funcionamiento en Catalunya. Pía dijo también que yo podría tocar solo el instrumento Yov, pero le expliqué que para mí siempre lo importante es la interacción con las prácticas vocales en directo, y que ella debería intervenir contrastando con las notas largas y afinadas del instrumento.
Como siguiente escucha, nos dedicamos a las tomas de Taras Fonatorias de la semana anterior. Pía encontró que había momentos muy logrados, pero que incluso en la suciedad de algunos de sus sonidos, debíamos lograr mayor dominio y limpieza de la ejecución de esa suciedad. Por lo que volveremos a grabar. Hablamos de que el concierto se basaría en Tareas Fonatorias, el instrumento Yov y algo más improvisatorio en base a teclados o bajo y voz. Y que escribiríamos un guión/partitura para el concierto.
Más tarde llegó Eduardo, del taller en donde tocaremos, para una reunión. Nos contó que se sumaría otro poeta a ese día, y nos preguntó si tendríamos problema. Pía primero dijo que prefería que no para que el “cartel” estuviera totalmente dedicado a nosotros, sobre todo en relación a mi viaje y el registro histórico de nuestra presentación. Sin embargo, yo aclaré que me parecía bien si la fecha se compartía, y que eso nos ayudaría a poder intercambiar más y poder convocar un público que no sea solo de amigos. Creo que además, eso es más consistente con la importancia que estoy dando a los círculos artísticos dentro de mi tesis.
Jueves 15 de julio
Pasé el miércoles 14 en Barcelona trabajando con Gerard Altaió en una pieza gráfica que relaciona el punto de imprenta con los micrómetros, a la cual titulé naturalmente Cícero. El jueves le entregué una copia a Pía y se puso muy contenta, no solo del resultado, sino que también de cómo se concretó mi participación en el proyecto Sonoras, por el cual han pasado tantos integrantes de nuestro círculo artístico, y en especial tantos chilenos.
El jueves lo dedicamos al fin a grabar bastante. Pero lo primero fue tomarnos algunas fotos para usar en el afiche de nuestro concierto el 22 de julio, que se llamará Aparador Sonor, ya que tocaremos desde el Taller dels Edus hacia la calle. Por ello mismo jugamos con las bellas ventanas del taller de Pía con nuestras siluetas a contraluz.
Comenzamos inmediatamente con la versión en vivo de Yov. Pía tomó el poema/partitura impreso y lo primero que ella sugirió fue leer el poema Voy lejos completo junto con el Instrumento Yov, de lo cual hicimos dos tomas. En el instrumento comencé dando preponderancia a las notas largas, aunque es difícil cumplirlo y por momentos siento estar metiendo dedos de más. Creo que deberíamos hacer una nueva toma del poema realmente con pocas notas en el instrumento. Seguimos con tres tomas de improvisación vocal de Yov. Quizás lo más impresionante al comenzar a tocar fue el quién es quién. Realmente se produce una sensación de desplazamiento de la fuente sonora, de dudar de lo que uno está haciendo, al menos desde mi lado de tecladista de la voz. Por el otro lado, Pía señaló más bien una gran fluidez y comodidad al tratarse, más que de su propia voz, de su propio registro, entendido como registro artístico, y no solamente de alturas. La primera de estas tres tomas fue la más larga, con más de 10 minutos, una duración similar al Yov original. Esto me hace volver a pensar en el problema de las duraciones, que comienzo a pensar que no está tan relacionado con el agotamiento que produce el canto en sus ejecutores, ya que si puedo crear un instrumento con la voz, entonces podría tocar indefinidamente con él. Más bien creo que tiene que ver, para el caso de obras exclusivamente vocales, con agotamiento/acostumbramiento del oído a los patrones que caracterizan la práctica vocal, y que más intensamente que en el caso de los instrumentos, genera una suerte de saturación de identidad con la voz. Como si fuera suficiente de nosotros mismos.
En esa primera versión larga, uno de los elementos con los que jugué, fue con el sonido de las teclas que no tienen asignado sonido, ya que el controlador de Pía tiene unas teclas pequeñas en que el plástico suena bastante fuerte, y quise jugar con ello. No estoy seguro de mantener el recurso, pero creo que la inclusión de un sonido distinto a la voz puede ser una de las razones de que esta versión haya resultado más larga, y por lo tanto puede ser un recurso interesante, y además es significativo en cuanto a las notas que no están. La segunda y tercera toma fueron más breves y Pía seleccionó más algunas zonas de la partitura Yov para trabajar.
Como segunda práctica del día, retomamos el poema Intensament de Pía (que trabajamos el primer día). Esta vez mi propuesta fue trabajar en base a los armónicos del bajo como mímesis de las /t/, e hicimos dos tomas. La primera con voz limpia, y la segunda con Pía manejando sus efectos. Yo utilicé loopera, que funcionó mejor en la primera toma que en la segunda. Sin embargo el trabajo con delay en la segunda toma es un elemento que nos gustó mucho y que seguramente quedará. Creo que agrega el elemento de la agencia tecnológica a la voz, problematizando el tema del distanciamiento y de la identificación.
Como lo último del día, realizamos una toma más de Tareas Fonatorias. Hicimos un primer intento, pero a medio camino Pía se tentó de la risa con un raspberry que hice. El segundo intento, fue más breve pero también más intenso, aunque al parecer hubo problemas de ruidos electrónicos que no pude identificar de dónde habían surgido. De todas formas fue una buena versión y va en la dirección del dominio de los recursos que indicó Pía.
Quedamos de acuerdo con comenzar la siguiente sesión escribiendo un mapa de trabajo a partir de las distintas prácticas que estamos realizando.
Viernes 16 de julio
Habíamos acordado comenzar ese día dedicándonos a escribir una suerte de guía/partitura para el concierto. Aunque primero Pía se tomó un tiempo para terminar el afiche de nuestra presentación, y comenzar a enviarlo.
La idea era que la partitura que armáramos tuviera un fuerte carácter gráfico, con cierta autonomía visual. Fue una propuesta de Pía totalmente en línea con su concepto de gráficas audibles. Esta debía funcionar como guía del recorrido que nos planteemos para el concierto, uniendo distintas prácticas o poetemas, estableciendo sus relaciones (flexibles) de duración e intensidad.
El primer orden que pensamos fue en comenzar con Yov, luego Tareas Fonatorias, improvisación y luego Ment. Hicimos una pasada completa de ese orden, que duró casi 20 minutos, tal como lo habíamos previsto. Sin embargo yo sentí que el paso de Yov a Tareas era un poco forzado y me desconcentraba mucho para poder hacer bien Tareas. Además le expliqué a Pía que Tareas siempre las pensé como ejercicio vocal de comienzo de concierto, haciendo caso a su sentido original de salud vocal. Concluimos que lo mejor sería comenzar con nuestra versión de Tareas Fonatorias, seguir con Yov, la impro en teclados y voz (armonías partidas), Ment (armónicos en el bajo efectos vocales), pero propuse agregar una improvisación más; la del bajo rasgueado y la voz liberada modalmente. Esta la habíamos practicado el primer día de estudio, y consideré que nos daba la oportunidad de rockear un poco, de soltar una energía que estaba contenida por estos tiempos llenos de constricciones, y que además nos une mucho con Pía en nuestros gustos personales hacia la música y cierto desenfreno. Pía me explicó que le había costado entrar en dicha improvisación, porque no le quedaba cómodo el tono central (D). Yo le expliqué que podíamos modificarlo si era necesario, pero insistí en que lo volviéramos a probar. Así lo hicimos y Pía de inmediato descubrió que si usaba la impostación lírica su dificultad desaparecía, además de apoyarse en su multiefecto, que agrega una nueva capa a nuestras prácticas, algo que era necesario para dar cuenta de muchas prácticas vocales en la poesía sonora. Mi acercamiento rítmico al bajo fue comenzar desde un tempo lento y errático hasta llegar al frenesí rítmico y veloz.
Aunque no alcanzamos a hacer la pasada completa con las 5 secciones, finalmente la gráfica quedó con ese orden y se indican también algunos gestos de Pía para realizar las transiciones como las /s/ o las /t/, que están relacionados a los poemas de partida.
Miércoles 21 de julio
El día del gran ensayo lo primero que quiso hacer Pía fue reescribir nuestra partitura más grande y yo aproveché de agregar algunos detalles que nos sirvieran más de guía, especialmente en Tareas Fonatorias. Así que lo primero que hicimos fue probar sólo Tareas Fonatorias. Hicimos un par de pasadas y de inmediato las nuevas indicaciones nos ayudaron mucho a ir vocalizando mejor juntos. Decidimos seguir el mismo orden de la obra original (uuu, rrr, mmm, ppp), e ir marcando el paso a cada una de las sonoridades, hasta llegar al final con PARÁ.
Luego de ello, hicimos una pasada completa del concierto, que, pese a un par de ruidos y un pequeño error de Pía, resultó muy bien y fluida, especialmente la llegada al final bien arriba de la voz y el bajo. De hecho Pía me pidió quedarse con esa buena sensación y no hacer otra pasada. Así que nos dedicamos a preparar todos los equipos para el día siguiente, y dejarlos listos para el transporte.
Jueves 22 de julio
Este día fue especial en muchos sentidos. En lo personal significaba volver a tocar con público luego de más de un año y medio. Aunque fuera una fecha muy sencilla, significaba de todos modos tener que montar todo y probar con amplificación, cosa que en mis encuentros con los poetas he evitado, para mejorar las condiciones de grabación, y para evitar problemas en los lugares en dónde trabajamos.
Esa mañana partimos por llevarnos todo en taxi hasta el Taller Dels Edus, en donde ocurriría el concierto Aparador Sonor, nombre dado por el hecho de que tocaríamos en la vidriera de taller y hacia la calle, en donde estaría el público amigo que fuera a acompañarnos, o los paseantes.
Mataró ya estaba comenzando a convulsionarse por las fiestas de las Santas que comenzarían pocos días después, y el centro estaba muy cortado por los preparativos y el escenario principal, por lo que el taxi tuvo que hacer todo un recorrido extra para llevarnos hasta el taller que en realidad era muy cerca. Para peor, cuando se fue el taxi Pía se dio cuenta de que había dejado en la bandeja del asiento trasero, la carpeta completa con sus partituras, no solo importantes como guías para la ejecución, sino que también como objetos gráficos en sí. Por suerte eso se recuperó rápido y nos dedicamos a instalarnos en el espacio.
Tuvimos algunas tensiones con Pía pues era una situación nueva para nosotros, cada uno bastante llevado a sus ideas, pero aun así ambos empujando hacia el mismo objetivo. Tuvimos que salir a comprar un par de cables para los parlantes que nos faltaban. A la vuelta terminamos de conectar todo, y comenzaron los problemas. La mesa de sonido del estudio de Pía no era tan completa como yo había visto (no soy un sonidista experto, para nada), y mi plan de pasar todo por la mesa y luego enviar señales independientes a la tarjeta de sonido, no resultó y perdimos tiempo en ello, además de un par de problemas más que nos costó solucionar. Como consecuencia, no pudimos dejar la prueba de sonido lista esa mañana como queríamos, ya que Pía debía volver a su casa. Pero yo me quedé un rato solo analizando el cablerío, y decidí que lo mejor era volver a la configuración con la que venía trabajando en el estudio, y que yo sabía que funcionaba bien. Así que conecté todo directo a la interfaz y después mandé la señal estéreo al mixer para ecualización general y salir a los parlantes. Apenas hice ese cambio la mayoría de los problemas se solucionaron. El resto fue un ruido que venía del bajo y que no lograba solucionar, y al final era el tono del instrumento, que producía una frecuencia aguda muy molesta, y que bastaba con bajar la perilla. Son los grandes detalles de utilizar otros equipos e instrumentos.
Nos volvimos a reunir por la tarde a probar. Hicimos una pasada rápida de la pieza completa, y vimos que todo funcionaba correctamente. El resto fue esperar, ponerse de acuerdo con Edu y con Danilo en cómo sucederían las cosas. Todo muy tranquilo, pero no exento de cierto nerviosismo de volver al en vivo. Por suerte, a las 8:15 (hora de la citación) ya los amigos y nuestras familia habían llegado, y a las 8:20 partió todo. Disfrutamos de la lectura/performance de Danilo que la comenzó vestido de arzobispo recitando desde la puerta del taller y sin micrófono, e incluso saliendo a la calle. Esto llamó mucho la atención, incluso de gente que se asomó a los balcones a ver la performance, y creo que fue un excelente contrapunto y preámbulo para nuestra actuación.
Sin ningún intermedio ni presentación, comenzamos nosotros con la presentación en el orden previsto: Tareas fonatorias; Yov; Impro armonías rotas/antilírica; Ment; Impro modal. Aún sin haber escuchado ni mirado los registros de video, la sensación de nuestra presentación fue buenísima, y la reacción de los asistentes fue mejor aún. Dicen que sonó muy bien, y que desde fuera se escuchaba nivelado y se amplificaba gracias a la acústica encajonada de la calle. En un momento a Pía se le perdió la partitura general y dudó un poco, pero no fue más que unos segundos. Dijimos que nos miraríamos mucho y no lo hicimos tanto al medio de la actuación (quizás ya no era necesario), yo me adelanté en la entrada del bajo en Ment, pues debía esperar que comenzarán las palabras del poema, Pía dice que abusó de algunas vocalizaciones llevada por la emocionalidad del momento, pero definitivamente son detalles frente a la situación de una actuación única y para un público, algo que para las prácticas que he desarrollado en esta investigación es toda una experiencia nueva.
El resto fue la camaradería post concierto, los brindis y las fotos. Y desarmar y encargarse de dejar todo en orden para llevárselo otro día de vuelta al estudio de Pía.
Martes 27 de julio
Después del concierto quedamos de acuerdo en hacer una jornada más de grabación de la pieza completa en el estudio. Mi idea era tener tantas tomas y versiones como fuera posible, y no tener solamente la versión en vivo como posible pieza “final”, porque la toma en vivo tiene ruido de ambiente y calle que, pese a no ser un problema, prefiero tener también en una versión limpia. También las tomas anteriores al concierto las debemos reescuchar en caso de querer seleccionar y mostrar la pieza, porque también hay tomas completas.
Intentamos una primera toma, en la cual Pía tuvo problemas de tos a mitad de camino. Pero más allá de eso, no sentimos que estuviéramos haciendo una pasada realmente conectada y fluida. Por ello, pese a tener poco tiempo, ambos acordamos que necesitábamos una toma más con la que estuviéramos más conformes. Así lo hicimos y esta vez sí resultó. Más allá de la escucha de un resultado (cosa que hago recién unos días después al escribir esto), lo importante fue que ambos coincidimos en una sensación de satisfacción frente a lo que hicimos, similar a la cual tuvimos al terminar el concierto.
Pía me señaló que ella quiere editar un video del concierto en vivo, pues lo tenemos registrado a 3 cámaras. Me parece muy bien que incluso existan versiones editadas distintas de nuestros registros. Porque además nuestros videos de estudio son muy estáticos.
Esta sesión cerró nuestro trabajo práctico sonoro, y la sensación fue maravillosa en muchos sentidos. Por cansancio y también por satisfacción de haber logrado el viaje para reunirse y colaborar como lo habíamos imaginado.
Le pedí a Pía, sin embargo, una sesión más de cierre y conversación, para hablar, dejarle respaldo de los materiales, escanear trabajos gráficos suyos, escuchar un poco, proyectar y soñar.