Anexo IV: Apuntes sobre encuentros con Luis Bravo
Primer encuentro con Luis Bravo
Santiago de Chile. 6, 7 y 9 de diciembre de 2019
Después de 3 días participando del I Simposio de Arte y Política en Campus San Joaquín, tuvimos 3 días más de trabajo en la sala Latem de Campus Oriente. Fue gracias al simposio que pude contar con Luis en Santiago. La última tarde del simposio tuvo lugar la mesa de Politicidad en la Poesía Experimental en la que presentaron ponencias Fernando Pérez, Jéssica Pujol y Felipe Cussen. Inmediatamente después Luis presentó su ponencia sobre el escritor uruguayo Ibero Gutiérrez, asesinado en 1972, sobre quien Luis ha trabajado por casi 30 años. E inmediatamente después de la conferencia hicimos una presentación de la Orquesta de Poetas con Luis, Felipe y Jèssica, además de mí y Fernando. Allí mostramos 4 puestas en voz del disco El Roce de las Voces, y también un poema en canon de Luis en base a Wittgenstein. Esta fue una tarde óptima para dar paso a nuestros días de trabajo solos.
En la sala Latem instalé micrófonos, controlador y bajo eléctrico, para explorar formas de trabajo juntos. Había pocas ideas prefijadas. Luis ya me había aclarado su opción por trabajar siempre a partir de textos. Él dice que su práctica vocal de poesía sonora no se activa sin un referente textual fónico. Parte del desafío ha sido hacer entrar a Luis en la lógica de lo que me propongo hacer con él como parte de mi investigación. Luis es un artista con muchas ideas y también un investigador, por lo que sería un despropósito intentar negar su propia agenda y agencia. Él trajo algunas ideas que no necesariamente se incorporan a los objetivos de mi investigación. De hecho comenzamos por trabajar una puesta a dos voces del poema Lonelinessedad, a partir de Cummings y su traducción por Octavio Paz, que no incluyó la incorporación de sonidos musicales, aunque es una discusión abierta si no es musical el mismo acercamiento que Luis hace de “poema como partitura” de esta puesta en voz. Me pareció importante dejar que Luis propusiera el punto de partida. Esa tarde de viernes nos enfrascamos en una enrevesada puesta en voz de ese poema que no terminó de fluir, aunque se grabó de todos modos. Al final de la tarde le pedí que hiciéramos algo en la línea de lo que yo buscaba, e hicimos con bajo eléctrico y voz una puesta en música de El Descubrimiento del fuego de Padín. Una sola toma y quedó. El bajo fue improvisado, con loopera y efectos. En general lo que hice musicalmente fue improvisado, un aspecto que deberé definir mejor para una instancia de trabajo más definitiva, para saber qué lugar ocupa la improvisación en la práctica que estoy proponiendo.
El segundo día comenzamos con algunas conversaciones sobre la voz, con autores que Luis tiene de referencia y que yo debo revisar. Lo primero que grabamos ese día fue Vivimos Amordazados de Gonzalo Millán, con sintetizador haciendo un drone que iba restando notas en la medida que Luis ponía en voz cada uno de los versos del poema. El sentido fue inverso, en el poema las vocales van apareciendo mientras que en el sinte las notas van desapareciendo, y al final aparecen audios captados por Luis la tarde anterior en la marcha de Plaza de la Dignidad. Para Luis “la primera toma es lo que es y lo que pasó”.
El sábado nos reunimos por la mañana y comenzamos conversando. Surgió la discusión más teórica sobre la voz. Yo le expuse las ideas principales de Cavarero y de Dolar. Él me recordó que su artículo de la puesta en voz toma las ideas de De Certaou “la voz es un signo del cuerpo”, que yo la asocié con Cavarero. También a McCaffery que habla de la “polis de la boca”, que yo asocié con LaBelle, y a Mike Weaver que habla de “figura/sonido”, que surge del “suelo/silencio”, y del “tiempo lleno contra tiempo vacío”.
Nos dedicamos a OiradecebA de Luis con bajo y voz. Anoté que el bajo debería funcionar como un poliinstrumento, análogo al uso de la voz del Luis. Pensé que si Luis sigue un conjunto claro de instrucciones para la puesta en voz, falta que la música también lo haga, o quizás no, pero conscientemente. También hicimos una versión del mismo poema sólo con voz procesada en directo con efectos de delay/filterbank y reverb. Luis aquí habla de intervocalidad, como método de citar otras obras fónicas, como si fuesen intertextualidades.
Volvimos a intentar Lonelinessedad esta vez grabando una vaina de semillas para los intermedios entre secciones del poema (debo hacer la edición de eso). Con este poema nos llamó la atención su indicación de “alternado/simultáneo” que no terminamos de comprender como instrucción concreta, pero nos abría un sentido poético para nuestro trabajo en general. Eso también mutó a la posibilidad de decir “alter(n)ado/simultáneo”.
El tercer día (lunes 9/12), comenzamos grabando Úrsula punza, un poema con aspectos fónicos para el cual Luis traía una base con características de tecno tango. Según Luis él estaba haciendo hiphop, pero yo creo que corresponde más bien a una puesta en voz rítmica. A mi gusto demasiado atada al ritmo de la base, y le falta pasar por versos que se desprendan de la acentuación repetitiva de la base: soltar la rítmica vocal hacia lo hablado o declamado como contrapunto rítmico al patrón de la base. Aunque esto se aleja de mis objetivos de investigación, me gustaría rehacer esa base para que sea nuestra y no prestada.
Después trabajamos sobre La oveja y el martillo. Poema muy estructurado y concreto de John Bennet. Lo grabamos con voz y sinte, primero a tempo libre, pero después con metrónomo (55 bpm) lo cual dificultó un poco la interpretación, pero funciona mejor. La idea de Luis es que la voz se vaya duplicando con cada verso. Este poema sonoro no quedó completo y requiere edición, y grabar teclados definitivos.
Seguimos con Croa para voz y bajo, con la idea de una sola nota (verso del poema), manipulada por efectos. Esto tuvo un buen resultado en una sola toma. Por iniciativa de Luis continuamos con una improvisación de bajo, voz y theremín (sinte). Fue interesante que de Luis surgiera la posibilidad de no asociar su práctica vocal a un poema fonético. Fue una buena decisión dejar a Luis trabajar sólo en base a textos primero, para que luego apareciera la posibilidad de no hacerlo así.
Finalmente volvimos a grabar Lonelinessedad a dos voces sobre un solo micrófono dinámico, una versión que quedó mejor que las anteriores. Debo recordar que Luis asocia esa puesta en voz con la radicalidad de las puestas en voz de Carlos Estévez. Pareciera que no en vano el argentino era mi tercera opción de colaborador.
Esta instancia fue muy importante y alentadora respecto de nuestra capacidad de congeniar y trabajar juntos. Luis ya piensa en un disco y en un concierto juntos. Sin duda es una posibilidad atractiva, y sin duda no puede ser sólo alrededor de mis intereses de investigación. Ahí la práctica artística se distancia muy claramente de la PAR. En un siguiente periodo de trabajo deberé llevar ideas más concretas y propias de lo que necesito para responder mis preguntas de investigación. Al mismo tiempo deberé cuidar mejor los medios para obtener buenas grabaciones, contar con audífonos y usar los micrófonos de condensador siempre que técnicamente se pueda.
Daniel me comenta que debo prever cómo hacer para que el “huracán” Luis Bravo no arrase con mis objetivos de investigación. Cómo ser hábil en la conducción de la dimensión práctica de mi investigación. Es una muy buena observación, aunque para este primer encuentro me parece acertado haber dejado que las cosas fluyeran, dado lo poco que habíamos trabajado juntos. Con Pía sería muy bueno que eso también ocurriera así, por lo que debo procurar que antes de mi pasantía en Barcelona, podamos tener un primer encuentro de trabajo. Me propone también volver a buscar mis objetivos y preguntas de investigación en esta experiencia con Luis. Hablamos de una aproximación como bottom up (desde la práctica hacia la teoría), en vez de bottom up (que sería intentar armar preguntas tratando de llevar Cavarero/Dolar/Sun hacia tu práctica).
Algo importante que pude comprobar que funcionó con Luis fue la mutua interferencia. La práctica de cada uno se modifica. Reaccionamos a los estímulos sonoros que cada uno va proponiendo. Buscamos asociaciones por mímesis sonora, pero también por contraste o contradicción. Luis insiste mucho en que la puesta en voz debe sentirse y hacerse sentir. Se debe detener en los fonemas, debe tener tiempo. Pero es interesante como esa temporalidad es modificada por la incorporación de otras sonoridades. Ya no es puesta en voz, tampoco es poesía sonora. Es lo emergente, en lo cual a la vez pueden reconocerse aún sus formantes.
Personalmente me ocurrió en varios momentos esa gran sensación de no darse cuenta del transcurrir del tiempo, porque uno se queda iterando en alguna combinación sonora que impactó. No todo el tiempo me ocurrió eso, porque mi rol implica mucha concentración en distintas variables: grabación, manejo de programas, pedales, instrumentos y a su vez proponer y reaccionar sonora y creativamente.
Un aspecto que viene a desestabilizar un poco la idea de la modalidad performática, es que Luis no se siente cómodo frente a su imagen performando. A veces no le gusta su gestualidad, se siente incómodo con ella, siente que exagera. Buena parte de lo que trabajamos lo hizo sentado, aunque creo que se podría distinguir entre algunas obras para las cuáles debía ponerse de pie, como OiradecebA.
Otro tema de conversación fue si el poeta sonoro interpreta o no, en el sentido del intérprete musical. Esto a raíz del uso de textos de otros poetas, lo cual ha sido toda una constante en Luis. Esto a mí no me complica, porque yo hago lo mismo en la Orquesta, pero pareciera que complejizaría un poco más la discusión teórica sobre la autoría y las agencias de cada participante. Ahí es donde Luis habla de intervocalidades, ya que reconoce que en algunos pasajes o poemas, busca interpretar voces en referencia a otras voces. Sin embargo también concordamos que hay un modus operandi que uno no puede borrar pese a buscar “parecerse” a otra voz. Ahora pienso que esta podría ser una característica de la práctica vocal de Luis, y hay que entenderla como tal, por lo que poner en música su voz, sería trabajar también sobre esa intervocalidad.
Apuntes de campo/mar dulce: Bitácora del Lagomar
Viernes 27 de noviembre de 2020
Finalmente llegué. Después de mucho tiempo de preparación e incertidumbre por las restricciones a viajar que ha impuesto el régimen sanitario. Después de vuelos y alojamientos cancelados, de examen médico, de la orden para el examen médico, de seguros de viaje, de las advertencias al cumplimiento de la cuarentena al llegar. Después de tener que reprogramar todo para traerme el estudio completo conmigo ya que la Escuela de Música de Montevideo no nos prestaría sus instalaciones. Después del aeropuerto más vacío que he visto, pero las esperas más largas, de todos amordazados, de esperar más de una hora sentado en el avión para despegar sin que nos informaran qué pasaba. Después de hacerme amigo de una señora mayor durante el vuelo, que resultó que venía al mismo barrio que yo y que terminó trayéndome en taxi. Después de uno de los viajes más raros que he vivido, quizás más por el extraño ensoñamiento que tiene todo este vaho de control, más psicológico que factual (aunque no menos real), finalmente llegué a Lagomar.
En Uruguay por supuesto yo tengo casas para elegir en donde alojarme. Pero la obligación de una cuarentena de 7 días y la suerte de contar con los recursos de la beca para el viaje, indicaban que lo mejor sería alquilar algo lo más independiente posible en donde además pudiéramos trabajar con Luis con total tranquilidad. Así que cuando me cancelaron la reserva de un apartamento en Montevideo porque el edificio presentó un caso positivo, y le dije a Luis que había un lugar muy cerca de su casa, en la costa a las afueras de Montevideo, su respuesta fue más que entusiasta. Eso le allanaba mucho las cosas a él, nos permitiría aprovechar mejor el tiempo, y además Luis me aseguró que aquí todo sería más seguro y menos tenso en términos del control.
Estoy en una pequeña casa al fondo de una casa más grande típica de esta zona. Con mucho terreno, un buen antejardín y un patio trasero grande y lleno de frutales, e incluso un pequeño cañaveral que rodea mi habitación y me transporta a mi infancia paisana en las tierras de Quiroga. Esto es Lagomar, a pocas cuadras de Solymar, en donde reside Luis. Ambos son parte de la ficticia Ciudad de la Costa, un artilugio administrativo creado para dar algo más de estructura al continuo de balnearios, devenidos en dormitorios, que suceden a Montevideo hacia el este, en la medida en que el gran estuario se convierte en mar. Es el mar dulce, a veces rio sedimentoso y otras océano verde. Aquí las playas son anchas, largas, y de oleaje muy suave, como un lago, justamente. A menos que venga el viento y la tormenta, ahí todo cambia y el paisito se pone tropical. En todo caso la playa tendrá que esperar unos días hasta cumplir con mi encierro, justo con estos días tan agradables que están haciendo. Y es que estar acá para trabajar con Luis, parece no ser casual. Este lugar representa muy bien el entremedio que nos une, y que a la vez somos. Entre poeta y músico, entre poeta sonoro y músico-poeta, entre voz e instrumentos, entre la vieja poesía fonética de las vanguardias y la música liberada de categorías, entre la voz desnuda y la valija llena de cables y fierros.
Esta tarde después de instalarme y recibir las provisiones para mi encierro, desempaqué todo y me dediqué a armar el “estudio” en el living de “mi” casa. Lo armé pensando en dónde podrá acomodarse Luis y también en que en una semana más transmitiremos una suerte de ensayo abierto o concierto comentado para la EUM, que es la institución que justifica formalmente con su invitación mi venida a Uruguay, y el uso de los recursos que, entre otras cosas, me permiten contar con tan agradable lugar para trabajar con Luis. Al comenzar a armar todo, pensé que sería bueno hacer más registro visual. Así que hice un video de cámara rápida del armado del estudio, como esos en que muestran el estadio vacío y se va armando el escenario hasta que se llena de gente, o aquellos en que una flor se abre y cierra mientras el sol recorre toda la pantalla en un par de minutos. Después pensé en que también sería bueno filmar un poco el patio con la luz del sol yéndose y aproveché de grabar el audio con la grabadora que compré justamente para este viaje, que me servirá principalmente de mini interfaz de audio, pero que en realidad es una grabadora de campo. Comienzo a pensar más en la presencia, asunto que me sugirió tanto Diego como Susana ayer de tarde, en la actividad de seguimiento anual con la comisión, y como dijo Daniel, fue realmente providencial que la reunión fuera pocas horas antes de partir a este encuentro con Luis. Creo que hacer de las colaboraciones performáticas algo más consciente del dónde, cuándo y cómo están sucediendo los encuentros, y también cuál es su entorno, su visualidad y su paisaje sonoro, admitiendo así que todo ello es determinante en los resultados. El plan es que yo pase solo este fin de semana y que comencemos a trabajar el lunes.
Lunes 30 de noviembre
El primer día de encuentro y trabajo con Luis me levanté temprano a preparar detalles y a tocar un rato. Luis llegó un poco más tarde porque tuvo que ir hasta la casa de un amigo a buscar atril de micrófono y de partitura, que es de lo poco que no traje en mi equipaje. Además Luis había pasado mala noche, y había dormido hasta un poco más tarde.
El encuentro fue grato y cariñoso como siempre es con Luis. De inmediato instalamos lo que faltaba, acomodamos el espacio y probamos sonido. La grabadora zoom nueva, comprada para este viaje como tarjeta de sonido portátil, dio algunos problemas al comienzo, pero por suerte el resto del día funcionó perfecto. La interfaz ya me había anunciado los días antes que es muy sensible a cualquier movimiento cuando está conectada a la computadora. Es nueva y es parte de los equipos pequeños que compré justamente para este viaje, con los fondos para gastos complementarios que permiten mi viaje. Me recuerdo a cada momento que debo estar agradecido de esta oportunidad, y que pese al encierro en mi propio país, vine a trabajar con Luis y eso es lo que debe resultar bien.
Para el primer día teníamos planeado comenzar por revisar y regrabar algunos de las colaboraciones de un año atrás. Lo primero que afrontamos fue Croa, el poema de una sola nota, el poema de la modulación. Luis encontró que su puesta en voz estaba bien. Yo encontraba que el bajo modulado y monótono, si bien funcionaba, se volvía ya muy predecible. Decidimos en vez de volver a grabar todo, grabar una segunda voz de Luis y un sinte en la misma idea del bajo, pero con un emulador vocal. Quedamos contentos con el resultado porque es más completo y la sensación de fluidez y de estar en un ambiente líquido es ahora mucho más nítida.
Continuamos con una nueva versión de Vivimos Amordazados, según los últimos cambios introducidos para Language is a Virus, pero ahora volvimos a otorgarle protagonismo a la aparición de las vocales y a la desaparición de las notas del acorde. Luis se concentró en marcar la aparición de cada vocal, y la desaparición de las notas del sinte se sincronizó con la entrada de las vocales. Lo grabamos sin insertar en directo las semillas y los samples de Plaza Dignidad. Nos concentraríamos en la performance de cada uno. Comencé a reconocer que no era tan relevante intentar la grabación en directo de todo, había algo ficticio también en suponer que la colaboración queda lista al dejar de grabar. Dejamos los samples para el final del texto, cuando ya apenas quedaba una nota, y decidimos que Luis repitiera el último Vivimos!!
Después grabamos una nueva versión de Oiradecebá para manipulación en directo, pero la automatización de efectos no se grabó por un error mío. La puesta en voz igual está muy bien.
Escuchamos Littera intervenido. Luis encontró larga la primera parte que consideró una intervención. Pero a la vez encontró un sentido fúnebre en mi intervención con la cual concordó. Hablamos sobre Sheep and the Hammer. Luis no estaba tan interesado en este poema, pero yo sí. Luis dice que porque es más concreto y se parece más a mi trabajo con la Orquesta. Le digo que sí, que siempre me interesa el poema como partitura. Escuchamos la versión de hace 1 año que nunca terminamos bien, y me propuso que marcáramos bien las dos partes. Por ejemplo que incorporara un bajo percutido. Quedamos en que yo haría mi propuesta. También en la posibilidad de voces sincrónicas.
Hablamos de la posibilidad de hacer una improvisación en torno a las palabras aire/ruido. Yo le dije que había traído algunos aerófonos que quería que usáramos. Luis traerá más de su casa. También le mencioné que me interesa el par conceptual voz/no voz, para incorporar a las ideas de la improvisación.
Como un ejercicio muy diferente, quizás más teatral, grabamos juntos una versión conceptual de Lo que el difunto dijo de sí mismo, de N. Parra. Solamente grabamos nuestras risas y algunas palabras y comentarios de la lectura de cada uno en simultáneo del poema.
Terminamos a las 19:30, fue un día largo y muy provechoso.
Martes 1 de diciembre
El día partió para mi muy temprano porque tenía que ir a hacerme un segundo pcr para salir de la cuarentena. Al regresar me encontré con un mensaje de Luis diciendo que se sentía mal y que necesitaba tiempo para reponerse. Yo aproveché la mañana para trabajar en Sheep and the hammer y en una intervención de Oiradeceba.
Luis finalmente llegó después de las 15 hrs. Conversamos un rato sobre la voz. Luis piensa que la voz pone en entredicho los discursos del poder y de lo establecido. También que poner en juego la relación de la escritura con la performance, como en Croa, que lo que ocurre en la puesta en voz es mucho más de lo que propone el texto.
Nos dedicamos a hacer una performance al aire libre para aire/ruido y voz/no voz. Llevamos los aerófonos afuera, los micrófonos y cámara. Quisimos incorporar el paisaje sonoro. La performance resultó de 15 minutos y sucedieron momentos muy buenos en varios sentidos: la incorporación de los ruidos ambientes, los diálogos entre nuestras voces y los aerófonos y también la incorporación de algunas palabras susurradas y mediadas por los instrumentos. La escuchamos sentados en el patio, hacía una tarde espléndida, y mientras escuchaba, disfruté mucho de lo que estábamos haciendo y del privilegio de estar en este lugar y trabajando con alguien tan comprometido y creativo como Luis.
A continuación volvimos adentro para hacer una versión de Vallejo Trilce LX con bajo extendido. Tuvimos que repetirla varias veces hasta llegar a una versión del bajo que nos gustara, lo cual creo que logramos.
Le mostré a Luis Tareas Fonatorias y quedamos en tomar algunas ideas para una improvisación. También quedó pendiente The sheep and the hammer.
Fue una tarde muy buena, Luis se sintió mucho mejor y mi ansiedad porque todo avanzara se calmó bastante.
Miércoles 2 de diciembre
Trabajamos solo por la mañana, pero a muy buen ritmo. Luis tenía trámites por la tarde y yo quería ir a la playa e ir a Montevideo a ver amigos.
Comenzamos grabando la segunda voz del Trilce LX. Yo le propuse a Luis que hiciera una segunda más expresiva. Luis me explicó que para él lo fonético debe responder al poema, y que a veces implica demasiado “yo”. Me explica que considera mucho la recepción esperada para la puesta en voz. En este caso es un proyecto sobre Vallejo para una audiencia amplia, y no quiere ser demasiado disruptivo. Si bien yo no estoy de acuerdo con que una voz más expresiva implica más egocentrismo, sí estuve de acuerdo con pensar en la recepción. De todos modos Luis grabó una tercera voz con algunos detalles un poco más resaltados y diferenciados de su voz grave con que grabó la primera voz.
Curiosamente mientras conversábamos antes de comenzar, a Luis le llegó un correo de John Bennet con una soneto apropiativo a partir del poema La voz de Luis, que es muy fonético y encaja perfecto con lo que estamos haciendo, así que decidimos que grabaríamos eso al día siguiente.
A continuación nos dedicamos a The Sheep and the Hammer justamente de Bennet. A Luis le cansa mucho esa voz, decidió en este caso sí hacerla más expresiva. Ambos grabamos voz, pero tuvimos que repetirla varias veces por mi dificultad de tocar sintes, bajo y hacer la voz manteniendo la cuenta. Aun así no hice el bajo percutido como habíamos quedado. Deberíamos volver a hacerlo. Para cerrar la jornada nos dedicamos a una improvisación de voces, percusiones, bajo, sintes y radio a pilas. Resultó en más de 15 minutos y quedamos muy entusiasmados, pero no la hemos escuchado aún, creo que a propósito.
Jueves 3 de diciembre
Estábamos un poco más lentos este día, ya algo cansados. Por la mañana comenzamos con Tareas Fonatorias, lo que cual requería algo de explicación y preparación a Luis, a quién algunos gestos como los labiales le cuestan un poco. Nos basamos en la primera página de las Tareas y en algunas instrucciones que tomé de las últimas páginas. Hicimos una versión que nos gustó.
Después trabajamos sobre Las Voces de Bravo/Bennet (Brannet). Tuvimos que hacer varias tomas. Luis me corrigió varias de mis puestas en voz, dice que tengo que tener decisión, que no puedo estar decidiendo mientras leo. Yo le dije que la segunda parte me sugería una voz más cantada o neobarroca, con lo que él asumió la voz “Perlongher”, a quién el admiraba y conoció. Usamos algunos recursos de prolongaciones y alternado/simultáneo, pero es básicamente una puesta en voz.
A continuación partimos al aeropuerto (está muy cerca) a buscar mi cédula perdida, y compramos comida. Hablamos sobre el orden de la presentación para la EUM. Acordamos lo siguiente: Vivimos amordazados, Croa, Trilce LX, Las voces (a evaluar), Tareas fonatorias.
Después de repasar todo (menos tareas fonatorias porque Luis estaba cansado), tuvimos un par de horas de descanso, y por la noche salimos a cenar a casa de Diego, un amigo músico de Luis, que tiene un restorant por esta zona. El lugar era fascinante y se come de maravillas. No había nadie más porque en medio de mi estadía Uruguay anunció nuevas restricciones por la pandemia. Cenamos con su amigo y su esposa (los chefs) y al final nos invitaron a su casa para seguir conversando y tomar algo más. Diego nos mostró el estudio que están armando. Además su hijo nos hizo escuchar la puesta en voz que grabó de Luis sobre algunos poemas de Lautremont.
Viernes 4 de diciembre
El día de la presentación, concierto online, ensayo abierto. La idea original era que esto fuera una residencia presencial en la EUM con un par de actividades finales. Todo gracias a mi amigo Gonzalo Victoria que es profesor ahí, y me consiguió la invitación. Pero cuando tuve que concretarlo, producto de la pandemia dijeron que no me podían recibir. Yo había obtenido los recursos y sólo los podía usar en 2020, y lo más importante era que atrasar mi encuentro con Luis significaría probablemente atrasar todo el doctorado. De todos modos yo necesitaba alguna actividad con la EUM para que ellos certificaran que vine y trabajé con Luis, y así poder rendir todo con ANID.
El día comenzó bien, yo me dediqué a adaptar una breve presentación introductoria y a afinar algunas cosas técnicas. Luis llegó algo tarde, cerca de la hora de la prueba de la transmisión. Ahí comenzaron los problemas porque a mí se me comenzó a complicar las pruebas con el moderador; Fabrice Lengronne, un músico electroacústico francés que sabía sobre poesía sonora y parecía muy interesado. Creo que los nervios fue el principal problema, aunque también hubo problemas de conexión y no sé si de la tarjeta de sonido nueva. Quizás porque todo debía funcionar con baterías (zumbidos), o porque hicimos doble transmisión y consumimos mucho la banda ancha. El caso es que comencé muy nervioso porque además fueron dejando entrar gente mientras solucionábamos los problemas. En un momento no funcionaba nada, reinicié, y mejoró, pero aun así cuando hicimos el primer tema Vivimos, nosotros escuchábamos muy entrecortado, pese a que el público dijo que se escuchaba bien.
Después comenzamos a tener un problema de delay con los micrófonos que me costó mucho comprender hasta casi el final de todo, parte de los problemas de manejar todo una sola persona y además hacer la transmisión. Parece que evidentemente necesitaré ayuda en futuras ocasiones del mismo tipo.
Costó un poco que hubieran preguntas, nuestra idea era ir comentando cada tema con los asistentes, así que los primeros temas comenzamos comentando nosotros sin que nadie preguntara. Yo esperaba que el moderador hiciera ese trabajo.
Seguimos con Croa, con el problema que no había compartido el sonido, así que el pedal de bajo y sintes apareció de repente a mitad del tema. A esas alturas ya estaba claro que este no sería un registro útil como los de los días previos. Entre medio me di cuenta de que no había puesto a grabar la transmisión, aunque vi que Fabrice estaba grabando, pero después también vi que con los nervios no había puesto a grabar la cámara Pentax, así que ya no tendríamos un gran registro. Sólo la encendí para la última parte.
Después hicimos Trilce LX, y al parecer fue uno de los que mejor transmitieron el espíritu de lo que estamos haciendo, y al parecer se escuchó bien. Hubo buenos comentarios en el chat. Luis hizo un gran trabajo explicando, antes o después, la génesis de cada performance.
Trilce es el que más pronto interesa a Luis, pues se lo piden para una antología sobre el libro. Es el primero que debo procesar. Creo que la versión que más me gustó fue la del ensayo del jueves. Como no había mucha interacción o preguntas del público, decidimos mostrar los 5 trabajos que habíamos seleccionado. Algunas preguntas igualmente fueron surgiendo, sobre la relación con el texto y sobre nuestro proceso de colaboración. Nos agradecieron de todos modos nuestras explicaciones y que mostráramos los textos, pues eso permitía comprender mucho mejor.
Continuamos con Las Voces de Bravo/Bennet, y pese a los problemas del delay, resultó bastante bien. Es posible de hecho que hayamos aprovechado el delay de algún modo, y aunque ese efecto no quede grabado, me parece relevante como parte del ensamblaje multiagéntico, y cómo este puede modificar e interactuar con nuestra voz y la idea que tenemos del control sobre ella.
Finalmente hicimos la improvisación sobre Tareas Fonatorias, también con el problema del delay y también incorporándolo. Pese a que no pudimos repasarlas como era el plan antes de la presentación, salió muy bien, y Luis demostró nuevamente su artisticidad, su sensibilidad, su gran manejo vocal y su presencia. Algo que no deja de sorprenderme de él es su capacidad de estar en ese lugar, ya sea mirando al atril o al público, pero su mirada y su actitud nunca se pierden. Ejemplo de ello fue su actitud certera y firme, parado a mi lado durante toda la actividad, e interviniendo exclusivamente cuando consideraba que le correspondía.
La presentación terminó con muy buenos comentarios y agradeciéndonos. Como siempre con voluntarismos de seguir en contacto y posibles colaboraciones que espero que se cumplan.